DEPORTES › RACING Y EL ROJO: EN LANUS, CON PASION Y SIN TELE

Vecinos y extremos, se tocan

Muchísima expectativa y peligro de desbordes. Tras muchas idas y vueltas, el campeón y colista, Independiente, es local en Lanús ante el puntero invicto de puntaje ideal: el Racing de Ardiles.

Racing e Independiente protagonizarán hoy el encuentro más atrayente de la cuarta fecha de torneo Clausura. Los primeros llegan al partido como uno de los líderes del certamen, con puntaje ideal. Los otros, los últimos campeones del fútbol local, llegan en caída libre tras un pésimo arranque en el que cosecharon tres derrotas. El clásico de Avellaneda –que se juega en cancha de Lanús, a partir de las 16– no podría tener más condimentos: Racing querrá ganar para seguir puntero y para devolver favores tras el 1-4 que se llevó la última vez que se vieron las caras –en la cancha de River–, Independiente buscará el triunfo para salir de la mala racha, arruinar al vecino y descomprimir tensiones.
Lejos de todo el manejo que acaparó la semana previa al clásico sobre la cuestión de dónde iba a realizarse el encuentro –que en Mar del Plata, propusieron unos, que en San Lorenzo, otros; y finalmente se jugará en Lanús, aunque los dirigentes de Independiente no vean en la capacidad de esa cancha un gran negocio–, en el clásico de Avellaneda habrá muchas cosas en juego. Racing, con 9 puntos, se juega la primera posición en el torneo; Independiente, sin unidades, se juega salir de la última y reencontrar de una vez por todas aquél funcionamiento del Apertura ‘02.
El conjunto de Osvaldo Ardiles vive un presente de sueño y ni hablar de su buena performance en la Copa Libertadores, donde en dos presentaciones consiguió un empate de visitante en Perú y un triunfo ante Nacional en el Centenario. Por eso no hay novedades en la formación. Sólo no contará con Maxi Estévez.
Por el lado de Independiente, la mano es radicalmente distinta. Lo cierto es que las tres derrotas consecutivas que sufrió el equipo de Gallego dejan poco margen para especular. Quizás por eso, el técnico advirtió que frente a Racing pondrá “toda la carne en el asador”, es decir, que presentará el equipo base con el que obtuvo el último Apertura, pese a las molestias físicas que arrastran Serrizuela y Domínguez, y aun con el evidente bajón futbolístico que muestran Montenegro, Insúa y Pusineri. La idea de Gallego es que sus jugadores “recuperen la memoria”.
Racing quiere tres puntos más y de paso condenar por otra semana al fondo a Independiente que, por su parte, no tendrá mejor oportunidad para demostrar que lo de las primeras tres fechas fue sólo una pesadilla.

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Los hermanos Milito, modelo y ejemplo de una rivalidad que se expresa en cada partido, en cada casa.
 
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