No es extraño escuchar a un padre o a un tío decir, en una reunión familiar, que algo no es de su generación, que no es de su época. Los bailes, la música, la ropa y hasta el lenguaje son algunas de las tantas cosas que se han modificado con el transcurso de los años. Sin embargo, existen otras, que a pesar del paso del tiempo, no han perdido vigencia. Patas de plástico, muñecos de metal, manijas, y lo fundamental: una pelota. ¿Un pinball? Aunque podría ser un ejemplo, no es el eje de esta nota. Popularizado desde hace casi medio siglo, el metegol, que para los entendidos no se llama así sino fútbol de mesa, lejos de oxidarse, sigue ocupando un espacio en cada patio o garage de una casa. Y para que esa costumbre no se eche a perder, hoy y mañana en Río Ceballos, Córdoba, se celebrará el cuarto campeonato argentino de metegol. Una oportunidad única para que los amantes de este deporte demuestren sus habilidades.

Si bien es un simulacro de fútbol, lo curioso del metegol es que poco tiene que ver con éste. Se puede saber jugar al metegol –y hacerlo bien– sin tener la menor idea de cómo lidiar con una pelota. No son extraños los casos de excelentes jugadores de metegol que no suelen desarrollarse de la misma forma como futbolistas, y viceversa. Las destrezas no son las mismas. Mientras en un deporte las piernas lo son todo, en el otro, la agilidad y sensibilidad de las muñecas marcan la diferencia.

Pero si jugar con tu amigo, vecino o familiar ya no te llena, porque te cansaste de pasearlos en la cancha una y otra vez, la Secretaría de Turismo de Río Ceballos junto a la Asociación Argentina de Fútbol de Mesa (AAFM) organizará, como viene haciéndolo desde ya siete años, entre hoy y mañana, el cuarto campeonato argentino de metegol. ¿Dónde? La cita será en el Gimnasio Jorge Newbery, desde las 14.

Pero el evento, que busca fomentar al metegol como deporte, no sólo es para los niños inquietos, que buscan saciar su necesidad de entretenimiento en estas vacaciones de invierno. Adolescentes, adultos y también mujeres están invitados a participar en alguna de las categorías disponibles: sub-12; sub-17, mayores, o padre e hijo. Hasta aquellos que llevan años practicando y no se contentan con pertenecer al rango “principiantes” tendrán la posibilidad de enfrentarse con otros semejantes de su nivel, en la categoría profesionales. ¿Este deporte, que se practica en más de 40 países, está profesionalizado? Si bien la AAFM tiene pretensiones genuinas de profesionalizar este juego, que hasta cuenta con un seleccionado nacional, ser un profesional del metegol no supone lo que muchos creen. “Son aquellas personas que detectamos que tienen un nivel superior y les impedimos que jueguen con los principiantes”, explica el presidente de la AAFM, Rafael Colaso, que indicó que para esta edición esperan más de 800 inscriptos. “En los primeros torneos hubo 540 personas. La idea es ir creciendo”, agrega.

Como el objetivo es que todo el país se anime a disfrutar de este deporte, nadie debe quedar afuera. Es por eso que los discapacitados también tendrán su lugar. A partir de mesas especiales, que tienen las patas abiertas hacia ambos costados, aquellos participantes que estén en silla de ruedas dispondrán de mayor movilidad para jugar.

¿Cómo es el modo de juego? Todas las categorías utilizarán la modalidad dobles a excepción de sub-17, mayores y profesionales, que tendrán la posibilidad de disputar el certamen también en individuales. ¿Quién gana un partido? No habrá límite de tiempo, sino que será vencedor aquel que convierta primero cuatro goles.

¡Pero atención! Tramposos abstenerse. El molinete, una jugada clásica en los partidos de barrios que casi siempre suscita polémica, no está permitido, ya que las manos no pueden despegarse de las manijas, según marca la reglamentación oficial del metegol –cuesta llamarlo fútbol de mesa–. A su vez, la regla callejera del “gol de arquero vale doble” tampoco es permitida. En cambio, sí está permitido el gol de pavota –cuando el delantero se aprovecha de un saque del defensor–, el gancho –cuando el delantero mueve rápidamente la pelota hacia un lado y patea al arco–, la pisada, las paredes y los goles de mitad de cancha.

El metegol no es el fútbol. Claro está. Reproduce sus emociones: el gol, la oposición de colores y las rivalidades. Hay pase y amague pero no gambeta. Sin embargo, no es ésa la función que busca. El fútbol no se puede reproducir. Pero el metegol lo puede copiar.

Informe: Matías Jofré.