DEPORTES › VENCIO 4-2 A PAYSANDU EN BELEM Y CONTINUA EN LA COPA
Boca, una goleada para la hazaña
Con tres goles del Mellizo Guillermo Barros Schelotto, dos de penal, y uno de Marcelo Delgado, Boca consiguió una victoria sensacional en Brasil y revirtió el resultado desfavorable de la Bombonera, clasificándose para los cuartos de final de la Copa.
Aunque los pronósticos no eran favorables, Boca logró clasificarse para los cuartos de final de la Copa Libertadores, y fue por goleada, en el norte de Brasil, en un estadio repleto. Aprovechando los gruesos errores del Paysandú, el equipo que dirige Carlos Bianchi mató de contragolpe en el complemento, y aunque sufrió los últimos minutos cuando un gol en contra de Burdisso lo puso al borde de tener que definir por penales, la victoria resultó justa. El miércoles juega con el Cobreloa en Calama.
Boca se ganó la clasificación porque en el balance del partido fue más práctico que su rival. Jugó unos primeros 45 minutos con inteligencia, tratando de controlar la pelota, aprovechando la notoria falta de ideas que expuso el Paysandú durante todo el período, y una vez que se puso en ventaja supo regular los esfuerzos en una cancha amplia y pesada, inclusive bajo una lluvia torrencial por momentos.
En el segundo, atormentado por una clara mejoría del local en los primeros minutos, en los que se concretó casi con lógica el empate de los brasileños, no se entregó, y supo buscar la oportunidad para ganar el partido. Finalmente pudo transformar en lluvia de goles la tormenta que de a ratos aguijoneó el encuentro, en el repleto Mangueirao, a orillas del Amazonas.
Los dos primeros goles llegaron a través de sendas avivadas, una de Tevez que robó la pelota en tres cuartos de cancha aprovechando una duda de Luis Fernando en el terreno pesado, y la otra del Mellizo Guillermo, en el medio, sacando un rapidísimo contragolpe.
Los brasileños sintieron ambos golpes. El partido estaba aún abierto cuando Tevez robó esa pelota, desairó a tres rivales, llegó al fondo y tiró el centro que Guillermo conectó al arco dos veces: la primera fue rechazo del arquero Ronaldo, la segunda fue gol. Y en esa gran laguna en la que se sumergió el Paysandú, Boca navegó a gusto. Apoyado en el gran trabajo de Abbondanzieri, que atajó pelotas clave, hasta se permitió algún respiro, entre los 25 y los 35, para recuperar energías.
El segundo golpe lo sintieron después del empate transitorio, una corrida de izquierda a derecha que Lecheva clavó en un ángulo, la única de tantas que Abbondanzieri no logró conjurar. Había sido la coronación de siete minutos de dominio apresurado del Paysandú, cuando ni Guillermo ni Delgado daban un pase como la gente, Cascini perdía todas y el fondo transpiraba.
Pero bastó que Delgado conectara con la cara interna ante la salida de Ronaldo para que el equipo local quedara groggy. El partido volvía a plantearse en las condiciones que más le gustan a Boca, regalando el terreno para explotar la réplica. Pero los brasileños ya no ofrecían la misma respuesta anímica, y dejó de acercarse con peligro.
El equipo argentino tomó entonces, definitivamente, las riendas del partido. Después de una pausa, Tevez volvió a convertirse, como en el primer tiempo, en el gran generador de juego de Boca, a cuyo compás giró el equipo. Como la defensa brasileña ya no sabía cómo pararse, se palpitaba la clasificación directa, sin tener que recurrir a los penales. Pero los penales llegaron, antes de tiempo: primero, cuando Tevez se metió en el área haciendo un revoltijo y tuvieron que pararlo con falta; luego, el mismo Barros Schelotto que se había hecho amonestar de manera absurda en el primer tiempo, se puso las pilas y generó el segundo penal, por el que se fue expulsado Wellington. El Mellizo pateó los dos, de la misma manera en que remató ante Colón, el domingo: fuerte, al medio y arriba.