DEPORTES › DANIEL SCIOLI QUIERE ENDURECER LAS LEYES CONTRA LA VIOLENCIA
Ante la muerte, nadie se hace cargo
El funcionario dijo primero que podría pararse el fútbol, pero más tarde lo desmintió. Fernando Marín se lavó las manos: “Nosotros no tenemos nada que ver con lo que pasó”.
En estricta concordancia con su visión habitual del tema, el secretario de Deporte y Turismo de la Nación, Daniel Scioli, señaló ayer que hechos de violencia como los ocurridos el domingo en el clásico entre Racing e Independiente, que derivaron en la muerte de un hincha, “solamente podrán evitarse con una legislación más drástica”. El funcionario agregó, en declaraciones efectuadas por la mañana, que suspender el fútbol es “una de las posibilidades”, para intentar frenar la seguidilla de incidentes que se registran en todos los torneos organizados por la AFA. Por la tarde se retractó: “El fútbol no hay que pararlo”, dijo, y pidió, en cambio, “sancionar a las instituciones responsables”. En principio, hoy se jugarán cuatro partidos correspondientes a la tercera fecha del campeonato Clausura, que se completará mañana.
El funcionario también advirtió que una medida como “parar el fútbol” solamente podría adoptarse “si no hubiera garantías de seguridad, que por el momento las hay”. Scioli consideró que lo que pasó en Avellaneda fue “un hecho delictivo, que va más allá de la violencia en el deporte”. Aunque poco después ligó ambos tipos de violencia al evaluar la posibilidad de suspender el fútbol: “Si los responsables de la seguridad dicen que no están dadas las garantías, va a ser así. Convengamos que éste fue un hecho terrible entre dos bandas armadas enfrentadas a tiros a más de una hora del partido y a pocas cuadras de la cancha”. El ex integrante de la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados aprovechó la ocasión para defender la actitud de la policía y deslindar la responsabilidad de los dirigentes: “La policía tomó todos los recaudos, pero este fue un hecho delictivo, ya que se destinaron 3300 efectivos entre los cuatro clásicos, y 900 especialmente para éste. En total se gastaron 100.000 dólares. Para erradicar a estos personajes tendremos que tomar otras alternativas legales, como hicieron en Inglaterra con los hooligans, porque esto también daña la imagen del país en el exterior”.
Fernando Marín, titular de Blanquiceleste SA, empresa que gerencia el fútbol profesional de Racing, coincidió con el funcionario en el pedido de mano dura en el ámbito legislativo: “Esto lo arregla una legislación firme, una ley”. Y de paso se lavó las manos: “Nosotros no tenemos nada que ver, podemos cooperar con la policía en la seguridad dentro del estadio. Ahora, fuera del estadio, dos horas antes, con dos bandas armadas, ¿qué podés hacer?”. Evidentemente nada.
El domingo, Gustavo Rivera, de 22 años, domiciliado en Claypole, murió por las heridas de bala recibidas antes de que empezara el partido entre Racing e Independiente. Otro de los heridos quedó hemipléjico (ver nota aparte). Todo fue resultado de una verdadera batalla campal en la que se sucedieron disparos de armas de fuego, peleas cuerpo a cuerpo, ataques con piedras, cuchillos y botellas. Marín apuntó que los responsables de los disturbios son las “bandas de delincuentes. Esto no lo arregla el comisario de la seccional de Avellaneda, no lo arregla la seguridad del estadio”. Y Scioli, en tanto, recordó las disposiciones vigentes en la AFA: “Está determinado que los clubes cuyos hinchas provoquen disturbios y actos de violencia deben ser castigados (con desafiliación y quita de puntos), y eso es lo que tendrá que hacer la Asociación del Fútbol Argentino en este caso”, dijo Scioli. El flamante secretario de Deporte y Turismo puntualizó que el problema no es la cantidad de efectivos, sino de la necesaria implementación de la legislación efectiva, que incorpora el delito de arma blanca y elementos punzantes, la incitación a la violencia, la portación de pirotecnia, y hace punible el homicidio en la figura nueva de ‘odio deportivo’”.