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El caso de los presos por el copamiento al regimiento de La Tablada es un tema urticante para los partidos que accedieron al gobierno. De hecho, Fernando de la Rúa evitó en todo momento acatar –aun durante la huelga de hambre de los detenidos– las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que le exige al Estado argentino garantizar una simple apelación a las condenas de 1989. Ahora le toca el turno a Eduardo Duhalde. El contacto no es directo, se realiza a través de la Mesa de Diálogo argentino que coordina la Iglesia Católica. Los presos no ocultan su intención de conseguir la libertad tras 13 años de detención. “Los militares están libres por la obediencia debida, el punto final y los indultos. En cambio, yo soy el único preso por la derrota de los años ‘70”, explicó a Página/12 el líder del Movimiento Todos por la Patria (MTP), Enrique Gorriarán Merlo.
La estrategia del MTP fue tomar contacto con los integrantes de la Mesa de Diálogo. Hace poco menos de un mes, los obispos recibieron una carta firmada por Gorriarán. El líder guerrillero asegura que su grupo coincide con las expresiones del obispo Estanislao Karlic, sobre el llamado a realizar un acto de contrición sincero sobre errores cometidos. Desde el penal, Gorriarán dijo a este diario que “reconocemos nuestros errores. Y estamos dispuestos a la convivencia democrática, incluso con aquellos que fueron nuestros enemigos”.
La frase del veterano guerrillero, con algunas variantes, está dentro de la carta que remitió primero a Karlic y después a los obispos Jorge Casaretto, Juan Carlos Maccarone y Ramón Staffolani. Una similar recibieron los otros integrantes de la mesa, Juan Pablo Cafiero, José Díaz Bancalari y el representante de Naciones Unidas, Carmelo Angulo Barturén. A todos ellos, los presos de La Tablada les piden incorporarse a la mesa para debatir su situación en el marco de “una época humanista, donde las divergencias se diriman siempre en el marco de constitución y la paz, sin violencia de ningún signo ni golpes ni autoritarismos”.
La libertad –no lo niegan– es uno de los objetivos que persiguen los miembros del MTP. Y son conscientes de que un probable indulto presidencial puede acarrear la libertad también del coronel Mohamed Alí Seineldín. Desde el penal, Gorriarán dio algunos detalles más. “La etapa que comenzó exige renunciamientos, igualdad ante la ley. Sin embargo, los militares están libres por la obediencia debida, el punto final y los indultos. Pero (Aldo) Rico se sublevó, no pasó nada y es intendente. En cambio, yo soy el único preso por la derrota de los ‘70”, indicó.
Los integrantes del MTP intentan mostrar que su “adiós a las armas” es real. Gorriarán señala que “si se habla de refundar un país, entonces es necesario tener en cuenta nuestra situación”. La carta remitida incluyó un documento denominado “Mirar al futuro”. Con este escrito buscan sentar las bases para un proyecto político alternativo.