DEPORTES › EL PRIMER BALANCE DE BOCA CON DANIEL ANGELICI COMO PRESIDENTE

Un rojo de casi 37 millones de pesos

Se lo reparten entre el gobierno de Angelici y el de quien lo precedió, Jorge Amor Ameal. El pasivo del club de la Ribera aumentó un 37 por ciento, pero sus activos apenas el 2 por ciento. Un convenio con el Barcelona nada beneficioso.

 Por Gustavo Veiga

La economía de los clubes parece un terreno residual del fútbol en donde poco o nada importa cómo se sacan las cuentas. Desde la visión dominante en los medios, interesa mucho más la crisis deportiva de Boca y no tanto que su tesorería pierda plata. Una indulgencia que no se corresponde con el desarrollo de este formidable negocio. El último balance aprobado el martes pasado arrojó un déficit de 36.852.901 pesos que pasó casi inadvertido en la prensa. El rojo de esos números se lo repartieron entre el gobierno de Daniel Angelici (seis meses y medio) y el de Jorge Amor Ameal que lo precedió (cinco meses y medio). Los socios con derecho a presenciar la asamblea tuvieron que hacerlo valer en medio de resistencias y gestos poco amigables de la seguridad privada. Cuando lo consiguieron, quedaron amuchados en el auditorio del museo, un lugar reducido e infrecuente para la convocatoria que generó la aprobación del primer ejercicio del actual presidente.

Puesta en contexto, la pérdida (los números se explican mejor así) se produjo a once meses de que el equipo saliera campeón del torneo Apertura 2011 y a cuatro de que perdiera la final de la Copa Libertadores, con los ingresos que significa eso. Pero no es todo. El pasivo aumentó un 37 por ciento y sus activos, apenas el 2. Cómo se gobierna a un club de semejante envergadura debería ser un asunto que interese a más que un puñado de socios preocupados por su economía. Resulta evidente que no es así. Lo demuestra que se aprobó un polémico acuerdo con el Barcelona por el que Boca arrienda La Candela a un precio mucho más alto del que la vendió hace siete años. O que los pases de 21 jugadores se comparten con diversos intereses privados.

La comisión que preside Angelici, integrada por varios dirigentes que acompañaron a Ameal en la suya, había revelado en marzo pasado que “el balance de corte al 14 de diciembre de 2011 dio que la gestión de Ameal terminó con un déficit de 23,6 millones de pesos. Queremos ponerlo blanco sobre negro para que sepan cuál es la realidad de Boca”. Un semestre después, al 30 de junio, las pérdidas subieron más de 13 millones de pesos. Y eso que el vicepresidente 1º, Oscar Moscariello, había hecho una denuncia: “Descubrimos varios quiosquitos, como por ejemplo que Boca no es dueño de su página oficial, que el tablero electrónico de la Bombonera está tercerizado y el Museo que en tiempos de Mauricio dejaba 2,5 millones por año, cuando asumimos comprobamos que recauda 200 mil anuales”.

Lejos de practicar la austeridad, los dirigentes aumentaron un 52 por ciento los costos de distintas gerencias con respecto al año anterior. Y ninguna de ellas tiene vinculación directa con los deportes que se practican en el club: marketing, administración, gerencia general, recursos humanos e incluso la de comisión directiva, que declaró “gastos diversos” por 1.476.291 pesos. En total se consumió en estos rubros un 18 por ciento más que durante los últimos meses de la gestión de Ameal, y eso que el ex presidente se volcó fuerte a la campaña electoral, aunque después perdió el gobierno a manos de Angelici.

Puede resultar curioso, pero no lo es. Los dos adversarios que en diciembre disputaron la presidencia son tan corresponsables del déficit actual como varios de los directivos que los acompañan o acompañaron. Por empezar, el presidente actual fue tesorero de Ameal. Juan Carlos Crespi conserva la vicepresidencia 2ª que ejerció en el período anterior; José Requejo García era protesorero y ahora es secretario de actas; y se mudaron de cargo, pero continúan en la comisión, Carlos Ben, Carlos Aguas, Pedro Orgambide (h), Jorge Bitar, Marcelo London y Raúl Ríos, quien presidía la Agencia Gubernamental de Control porteña cuando se derrumbó un edificio en Villa Urquiza sobre un gimnasio en agosto de 2010.

El accidente se llevó tres vidas. Macri lo apartó de su cargo porque no dio la cara como funcionario ante los vecinos. Angelici lo sostiene como vocal hasta hoy. Pero aquella noche, con la tragedia encima, Ríos sí votó en contra de renovarle el contrato a Riquelme, como pedía el jefe de Gobierno en declaraciones públicas. Según se desprende del ejercicio 2011-2012, al ídolo en uso de licencia hubo que pagarle 1.500.000 dólares que se le adeudaban de aquel contrato.

Otro tema: los asambleístas que aprobaron el balance nunca tuvieron en sus manos el convenio que firmó el club con el Barcelona español para formar juveniles. Acaso tampoco les interesó demasiado. Pero son responsables de convalidarlo por estas cifras: Boca paga 30 mil dólares mensuales más IVA por alquilar La Candela en un contrato de leasing por dos años y cuya opción de compra es de 4.640.000 dólares. El predio que durante más de cuatro décadas le perteneció al club (Alberto J. Armando lo compró en 1963) lo vendió Macri en 2005 por 360 mil dólares. La deducción es fácil de hacer.

Además, según el balance, a Boca el acuerdo le salió un dinero extra. Le costó 430 mil pesos en despidos porque de los 47 empleados que tenía La Candela donde funcionaba el Centro de Entrenamiento para Futbolistas de Alto Rendimiento (Cefar) o jugadores libres, que conducía Jorge “Coqui” Raffo, echó a 23 y se quedó con 24. Angelici contrató al entrenador de juveniles para conducir las divisiones inferiores xeneizes por 40 mil pesos mensuales. El club, según explicó su presidente en la página oficial el 5 de marzo, “recibe 39 jugadores, cinco que ya estaban en nuestra institución y 34 que han pasado a partir de este año. Sobre ellos tiene la prioridad el Barcelona y también un porcentaje de las futuras ventas. Después hay un listado de unos diez jugadores de las inferiores, que no participaron de la Reserva o de la Primera, sobre los que el Barcelona tiene el derecho de tanteo”.

Según los críticos del acuerdo, Boca pone la vidriera y el Barcelona la mercadería deshumanizada que se vende.

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El primer balance de la gestión Angelici –con parte de la de Ameal– entregó números rojos.
Imagen: Télam
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