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Partido feo en Avellaneda
El partido jugado anoche en Avellaneda entre el atribulado Racing de técnico interino e hinchada titular y el emergente Estudiantes de conducción bilardista genuina y resultados computables fue muy feo. Lo mejor estuvo en el despliegue innegable de Zapata en la marca estudiantil, en algún remate o habilitación de Tito Pompei, en el gol de Maxi Estévez que fue el empate tras gran habilitación de Milito, y muy poco más. En general la pelota anduvo por el aire y nadie se preocupó por hacerla circular con criterio. Estudiantes estuvo más cerca y parecía tener “todo controlado” como se gusta decir ahora, pero la Academia empató porque quiso más y empujó hasta el final. El interinato de Commisso nunca fue más interinato que anoche. Durante una hora larga, la hinchada de Racing se hizo oír con sus cantos agresivos hacia Marín y la directiva en general: el reclamo de que sea Merlo el técnico se hizo constante. “...que de la mano de ‘paso a paso’ todos la vuelta vamos a dar”. Y en esos gritos y en las arengas de Bilardo pidiendo que los defensores la sacaran de una vez fuerte y lejos, sobre el final, se llenó el vacío que dejó el fútbol. El gol inicial de Estudiantes, producto de una prepeada de Maggiolo, y sobre todo el de Maxi, cuando parecía que no había mucho que hacer ya, fueron las únicas emociones estrictamente futboleras. Lo demás: ruido y furia.