Arsenal hizo los deberes y venció como visitante 2-1 a Quilmes, en un duelo vecinal que dejó muy contentos a los de Sarandí y muy preocupados a los locales: con esta derrota, el conjunto de Omar De Felippe sumó su tercera caída seguida y sigue último en la tabla de los promedios.

El arranque del partido mostró a Quilmes intentando asumir la iniciativa, ante un Arsenal ordenado y agrupado en el fondo, listo para salir de contragolpe. Y la estrategia de los visitantes resultó perfecta, cuando respondieron rápido en un corner y, tras un par de toques, Caffa dejó a Ortiz mano a mano con Trípodi. Con tiempo y espacio, el volante definió por encima de la cabeza del arquero y decretó el primer gol. Todavía golpeado por el impacto recibido, Quilmes sufrió otro tanto. Luego de un corner desde la izquierda, Braghieri saltó más que nadie para anotar de cabeza y darle una ventaja excesiva a su equipo.

Con más empuje que juego, Quilmes fue a buscar la remontada, pero careció de ideas para lograrla. Se ilusionó luego de que una desinteligencia entre Campestrini y Braghieri le permitiera a Diz marcar el descuento. Sin embargo, nunca pudo romper la solidez defensiva de Arsenal, que siguió firme con su libreto y culminó festejando. Para el conjunto local, más allá de algunas ocasiones perdidas, quedó claro que su falta de juego lo terminó condenando a otra derrota.