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Desde Jerusalén

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, anunció abruptamente ayer su retiro de la política, causando un shock en la campaña de las elecciones generales, pero dejando a muchos prediciendo su regreso inmediato a un cargo. Barak, de 70 años, dijo a los periodistas en una conferencia de prensa en Tel Aviv que no buscaría la reelección en enero y que se retiraría cuando se formara un nuevo gobierno, probablemente en tres meses.

Trabajó como ministro de Defensa de Israel durante siete años, completando tres términos bajo tres gobiernos. Previamente había servido como primer ministro laborista desde 1999 a 2001. “La decisión de retirarme surge del hecho de que quiero pasar más tiempo con mi familia, que he agotado la práctica de la política y al hecho de que hay que hacerle lugar a la gente joven para que asuma posiciones importantes”, dijo Barak.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, expresó su “aprecio personal” por un ex enemigo político que se ha convertido en un confidente cercano, abandonando el liderazgo laborista para permanecer en el gobierno. Barak desplazó a Netanyahu en 1999, pero los dos formaron una sociedad cercana después de la reelección de Netanyahu en 2009. Aunque parecían pelearse sobre la relación con la Casa Blanca y otros asuntos, los ex rivales estaban reunidos en la política militar hacia Irán y más recientemente, confrontando a Hamas en Gaza. También compartían una pasión por el ajedrez.

Barak, el soldado más condecorado de Israel y ex jefe de Estado Mayor, dirigió el comando de elite Sayeret Matkal, donde también servía Netanyahu. Sus hazañas legendarias incluyen una misión secreta dentro de la Organización de Liberación Palestina en Beirut en la década del ‘70 disfrazado de mujer. Bajo su supervisión en los últimos cinco años, el ejército israelí ha profundizado su cooperación con el ejército estadounidense a niveles sin precedentes y se ha transformado en una central de alta tecnología, revelado recientemente en ataques cibernéticos contra las instalaciones nucleares iraníes y su escudo de defensa de misiles Domo de Hierro en la confrontación con Hamas.

Los elementos de ultraderecha en el partido Likud de Netanyahu fueron incapaces de contener su alegría ante la partida de Barak. El ministro de Protección Ambiental, Gilad Erdan, dijo que el rumbo de Barak, “político e ideológico, estaba completamente equivocado” y lo acusó de haber “malinterpretado la situación política en Medio Oriente”. En Gaza, Hamas se adjudicó el crédito por la decisión. Su vocero, Fawzi Barjoum, dijo a la agencia de noticias Ma’an: “El retiro de Barak reafirma que el gobierno israelí no logró ninguno de los objetivos de la operación Pilar Defensivo”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.