DEPORTES
Coria ganó el partido del año y ahora va por Agassi
Derrotó a Mariano Zabaleta en la continuidad del encuentro suspendido el domingo. Jugaron en los últimos sets un tenis sensacional, y al santafesino lo espera hoy un duro rival.
Por Sebastián Fest
Desde París
Guillermo Coria batió a Mariano Zabaleta en un tenso duelo de argentinos para avanzar a los cuartos de final del Abierto de tenis de Francia, donde hoy enfrentará al estadounidense Andre Agassi (no antes de las 11, televisa ESPN). Coria, séptimo del ranking mundial, se impuso 6-4, 7-6 (7-4), 5-7, 6-7 (4-7), 6-3 en cuatro horas y 41 minutos de juego. El partido había sido suspendido el domingo por lluvia con ventaja de Coria de dos sets a uno.
El choque se jugó con una expectativa inusual en el repleto court Suzanne Lenglen, ante 10 mil espectadores que desafiaron algunas gotas que caían desde un cielo plomizo. El ingreso de los dos jugadores a la cancha recordó a dos gladiadores. Coria, primero, muy serio, y Zabaleta un par de pasos atrás, esbozando por momentos una semisonrisa que denotaba su confianza.
El partido, seguido por un nutrido grupo de apoyo a Zabaleta, que se hizo sentir con gritos (ver recuadro), mostraba una tensión extrema. Ambos jugaban al máximo, con dientes apretados, con gestos, con explosiones. Parecía el choque más importante de sus vidas, en especial para Zabaleta. En la última fila de la tribuna de prensa, solo y disimulado bajo una gorra y anteojos oscuros, el australiano Darren Cahill, entrenador de Agassi, seguía atentamente el partido.
Coria quebró en el comienzo del quinto set para 2-1, pero Zabaleta igualó en dos tras un juego en el que dispuso de ocho break-points. Allí pareció agotársele la energía, porque cedió nuevamente su servicio –esta vez en cero– y poco después Coria alzaba los brazos en señal de triunfo.
El final mostró el grado de tensión y enfrentamiento que llegó a haber entre ambos. Coria saludó a Zabaleta y lo abrazó, pero su rival, visiblemente tenso, se limitó a recibir el abrazo sin corresponderlo.
Coria está así por primera vez en su carrera en los cuartos de final de un torneo de Grand Slam, pero el próximo desafío, hoy mismo, es de un calibre mayor. Agassi muestra a los 33 años su mejor tenis, y en París parece un firme candidato al título.
Los separan doce años y algunas otras cosas. El estadounidense arrastra un currículum de excepción: ex número uno del mundo, segundo del ranking hoy, ganador de ocho Grand Slams y dueño de una de las personalidades más importantes de la historia del deporte. El argentino recién empieza, pero es el jugador de moda en el circuito, y su juego recuerda en algunos aspectos al hombre de Las Vegas.
“Coria es un jugador a tomar en cuenta, su juego está comenzando a funcionar, hace todo realmente bien –lo elogió Agassi–. No tiene un gran arma, pero lo soluciona todo con su movilidad y sus tiros.” El Kid sabe de lo que habla, porque hace diez días se acercó a la sala de jugadores a Coria –sacándolo de su enfrascamiento en Internet– para pedirle que fueran a entrenarse juntos.
Coria aún recuerda sus dos derrotas “por paliza” ante Agassi, la última por abandono en enero en Australia. Llega tras haber jugado el partido más largo del torneo: su físico no es su punto fuerte, y semejante desgaste puede perjudicarlo en un encuentro que, de ganarlo, podría recordarse como una de las primeras etapas en la despedida de uno de los más grandes, una bisagra en la historia.