DEPORTES › ENFRENTA AL HOLANDES VERKERK EN LA SEMIFINAL DE ROLAND GARROS
Coria a un paso de la final en París
El Mago de Venado Tuerto, sensación del torneo tras vencer a Agassi, se las verá con un sorpresivo holandés Verkerk, gigante y gran sacador, con el que deberá apelar a toda su inteligencia. Albert Costa y Juan Carlos Ferrero juegan la otra semifinal, entre españoles.
Por Sebastián Fest
Desde París
El tenis argentino intentará hoy volver a alimentar su rica historia. Guillermo Coria está ante la hora de la verdad: el santafesino buscará hoy derrotar al holandés Martin Verkerk, para convertirse en el primer jugador, en 21 años, en alcanzar la final del Grand Slam de Roland Garros. Será una semifinal de contrastes. Por un lado estará Coria, número seis del mundo (por lo menos) a partir del lunes, 175 centímetros de altura y nueva estrella del tenis mundial. Por el otro, Verkerk, número 46 del ranking, interminables 198 centímetros de altura y sorpresa absoluta en semifinales. “No le tengo miedo a Verkerk, sé que puedo ganarle”, dijo Coria luego del entrenamiento de ayer. “Es mi primera y quizás última posibilidad de ganar este torneo, y quiero aprovecharla”, admitió Verkerk. La otra semifinal la jugarán los españoles Albert Costa y Juan Carlos Ferrero.
Ambos jugadores no se exigieron ayer. En la práctica con su entrenador, Alberto Mancini, el argentino se concentró en combinaciones para mover a su rival por el fondo de la cancha, y en el slice de revés, un arma mortal para un tenista con altura de jugador de la NBA. En un día a pleno sol, Coria deleitó a todos cuando, ante un envío que le iba directo al cuerpo, asumió la postura de un futbolista, con los brazos para atrás y el pecho hinchado, paró la pelota con el pecho, la dejó picar, y siguió peloteando.
“El entrenamiento fue muy bueno. No estoy cansado, porque ayer (por el miércoles) descansé todo el día”, aseguró Coria, que se mostró sonriente en toda la práctica, incluso cuando perdió 5-1 el duelo de revés con slice que le planteó Mancini. Jorge Trevisán, su preparador físico, mostró también: “Tiene la fatiga lógica de estas semanas, pero está muy bien. Sólo tiene una ampollita en un lateral del pie, en la zona donde siempre se le forman, pero ya está solucionado”.
Más tarde, Mancini estuvo en las oficinas de una cadena de televisión, analizando el partido que Verkerk le ganó al español Carlos Moyá por los cuartos de final. De todos modos, la táctica es clara: mover al holandés por el fondo, abrirlo a un flanco para atacar al otro, exigirlo con el slice e intentar que no tome la iniciativa. Más tarde, Mancini y Trevisán conversaron con Gustavo Luza, capitán del equipo de la Copa Davis. Coria sueña con integrar el equipo en la semifinal ante España, en Málaga.
Argentina está expectante ante la posibilidad de que Coria llegue a la final, pero Holanda vive revolucionada. Más de 2,2 millones de personas siguieron el martes por televisión la victoria de Verkerk ante Moyá, lo que representa el 15 por ciento de la población. En Alven, su ciudad natal, más de dos mil personas se reunirán hoy en su club de tenis, para seguir bajo una carpa gigante el partido.
Pese al juego desbordante de potencia, talento y sorpresa de Verkerk, el favorito es Coria. El argentino está viviendo una gran temporada: ganó Hamburgo, y eliminó a Andre Agassi en los cuartos de final de este certamen. Ahora es el jugador de moda del circuito, y su fuerza mental y serenidad en los momentos complicados lo instalan como candidato natural.
Si gana, Coria cerrará un ciclo de 21 años para la Argentina. Guillermo Vilas fue el último argentino en disputar la final de Roland Garros, cuando en 1982 cayó ante el sueco Mats Wilander. Si Verkerk se transforma en un obstáculo más de los que viene sorteando Coria en los últimos meses, el desafío del domingo será mayor: convertirse, tras 26 años, en el sucesor de Vilas como campeón de Roland Garros y de un Grand Slam.