“Somos conscientes de que vamos a enfrentar a un gran equipo, que tiene excelentes jugadores y que es el último campeón de la Libertadores y de la Intercontinental también, pero sabemos que de los quince equipos que quedaron, ninguno quería jugar contra nosotros, así que no pasa nada”, remarcó Juan Román Riquelme, en la previa del duelo del próximo miércoles ante Corinthians, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. El mediocampista y capitán del equipo de la Ribera, recuperado de un desgarro, se mostró confiado de poder jugar desde el arranque ante el equipo brasileño. “Cada día que pasa me estoy sintiendo mejor y tengo la ilusión de estar”, remarcó, aunque advirtió que recién unas horas antes del partido se definirá.

De todas formas, el enlace, que se lesionó hace nueve días en la igualdad sin goles ante Belgrano, por la novena fecha del torneo Final, participó normalmente de la práctica de ayer, en la que jugó para el equipo titular. Por eso se descarta que, finalmente, el miércoles por la noche, en la Bombonera, será de la partida. Si bien el entrenador, Carlos Bianchi, no lo confirmó, Boca saldrá al césped con: Orion; Marín, Caruzzo, Burdisso, C. Rodríguez; Erbes, Somoza, Erviti; Riquelme; Martínez, Blandi.

“Tengo claro que es un partido especial, porque es el último campeón y el equipo que nos ganó la final pasada. La gente está muy ansiosa y con mucha ilusión y yo quiero estar. En 2007 pasé por lo mismo y pude jugar contra Libertad, en Paraguay, la semana siguiente de haberme desgarrado. Hoy tengo la ilusión de que las cosas se repitan”, continuó Riquelme, en diálogo con Radio Cooperativa. A su vez, estimó: “Tengo 34 años y no sé cuántas veces más voy a poder jugar la Copa Libertadores y enfrentar a un equipo como Corinthians. Son estos partidos que no sólo los jugadores queremos estar en la cancha. Son partido diferentes. La Copa es hermosa, para nuestro club es una cosa especial”.

Asimismo, adelantó que intentará “dar lo mejor y ayudar al equipo” y para que todos terminen “contentos” tras el partido. “Si entro a la cancha es porque creo que puedo dar lo mejor, ayudar al equipo y hacer un buen partido. Tengo las cosas claras; me juega a favor el hecho de que me gusta jugar a la pelota y mucho más a mi favor que amo a este club, que soy hincha de Boca”, insistió.

En tanto, el plantel brasileño, que ya llegó al país, prefirió ser cauteloso en la previa del choque. “Será complicado”, pronosticó el volante Ralf, que desestimó que su próximo rival se encuentre en decadencia futbolística. “Es un equipo que tiene tradición y siempre será un rival complicado. Los equipos argentinos lo dan todo sobre la cancha y nosotros tendremos que tener personalidad y no permitir que nos asusten”, agregó. El entrenador Adenor “Tite” Bacchi, por su parte, remarcó la necesidad de que su equipo adopte un estilo de juego “solidario” para lograr un buen resultado en la cancha de Boca. “Tendremos que ser un equipo con un buen juego conjunto, en el que todos se encarguen de descubrir espacios”, expresó, al tiempo que subrayó que el elenco paulista viajó a la Argentina “con el objetivo de ganar y de obtener un resultado” que les asegure “tranquilidad en la revancha”. Y sentenció: “Somos conscientes de que será un partido muy difícil y equilibrado”.