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Desde Beirut

El primer ministro de Siria, Wael Nader al-Halqi, sobrevivió ayer a un intento de asesinato, cuando iba en un convoy a través de Damasco. En el último de una serie de ataques a funcionarios de alto rango, el gobierno dijo que “terroristas” habían atacado el auto de Halqi, matando a una persona. La televisión estatal mostró a los bomberos apagando los restos incendiados del automóvil en el barrio de Mazzeh, donde se encuentran muchas embajadas y viven muchos oficiales de alto rango del régimen. Algunos activistas de la oposición afirman que el asesinato fue montado por el régimen, señalando la fuerte seguridad del área, con varios puestos de control.

El primer ministro sirio, quien entró en funciones después que su predecesor, Riad al-HIjab, escapara a Jordania el año pasado, ejerce poco poder real. Sin embargo, si el ataque fue realizado por los rebeldes, muestra que todavía éstos son capaces de atacar a blancos de alto nivel en el corazón de Damasco, a pesar de las afirmaciones recientes del régimen sobre que lleva la delantera en el conflicto. Un funcionario del gobierno sirio dijo que un artefacto explosivo improvisado fue puesto en un automóvil estacionado y que detonó cuando el auto de Halqi pasó.

Susan Ahmed, activista de la oposición siria, afirmó que el régimen estaba detrás del atentado. “Todo lo señala –dijo–. La televisión estatal estuvo ahí inmediatamente y esta área es muy segura. Generalmente, cuando el Ejército Libre sirio apunta a una persona, lo reivindican.” Esta vez nadie se adjudicó el atentado.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.