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Después de realizar un segundo allanamiento en la Bombonera, la fiscalía que investiga los incidentes ocurridos en el Superclásico del domingo pasado cree que varios barrabravas de Boca, con la complicidad de los empleados de seguridad, ingresaron al club en la noche del sábado último tras romper un alambrado y escondieron pirotecnia en los baños de la popular local.

En el allanamiento, que terminó el lunes por la noche, se encontraron bolsas con pirotecnia en conductos de al menos dos baños. En un primer procedimiento, realizado por la mañana del lunes, también se hallaron “alrededor de cien restos de cartuchos de bombas de humo, bombas de estruendo y bengalas”, dijo un vocero judicial.

Los empleados de seguridad admitieron ante el fiscal Martín López Zabaleta, que está a cargo de la investigación, haber visto a los barras merodear por adentro y afuera del club y reconocieron que no hicieron la denuncia policial pero sí avisaron a sus superiores.

La hipótesis fiscal es que los barrabravas rompieron un alambrado perimetral e ingresaron a la sede con bolsas de consorcio repletas de bombas de humo, petardos “tres tiros” y fuegos artificiales. Luego, se cree que los barras se dirigieron a los baños que están ubicados en las tribunas populares y escondieron la pirotecnia en los conductos de aire y cañerías. Ese material fue encendido por los barras durante el partido, por lo que el árbitro, Germán Delfino, suspendió el juego dos veces.

Por el momento, la única sanción vigente es la clausura preventiva de las dos bandejas de la cabecera de la Bombonera, para facilitar la investigación. López Zabaleta había anticipado que en caso de comprobar la connivencia entre dirigentes e hinchas para el ingreso de la pirotecnia, clausuraría el estadio por un mes.