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El retorno de Juan Román Riquelme a Boca parece diluirse en cuestiones técnicas y marketineras, que aíslan el sueño del jugador del que comparten los hinchas de Boca, ansiosos por volver a disfrutar al futbolista. Tanto el presidente del Barcelona, Joan Laporta, como el vice Sandro Rossell, aclararon la voluntad del club de que Riquelme permanezca jugando en Europa para que adquiera definitivamente el ritmo de ese fútbol. En Buenos Aires, el vicepresidente de Boca, Pedro Pompilio, negó que existan contactos formales entre ambas instituciones. “Se está jugando con la ilusión de mucha gente, se desató toda una locura como si fuera algo inminente y nosotros queremos ser serios”, señaló.
En una entrevista en Nueva York, donde se encuentra para promocionar la marca “Barça”, Laporta elogió las condiciones técnicas de Riquelme y aseguró que era el futbolista “más dotado” del plantel. Pero apoyó la decisión del entrenador Frank Rijkaard de no utilizarlo “porque no se adapta al esquema técnico que se quiere emplear” y, de acuerdo a ese punto de vista, estimó más lógico que el jugador continuara su carrera en Europa, para alcanzar esa adaptación con la posibilidad de retornar al club azulgrana en el 2004.
El vicepresidente Rossell fue más enfático al afirmar que el club privilegiará esa permanencia en Europa. “Riquelme nos sugirió que quiere volver a Boca, pero nuestro cuerpo técnico quiere facilitar su readaptación para tenerlo otra vez con nosotros la próxima temporada y para eso sería mejor Europa que el fútbol argentino.”
El dirigente echó por tierra las especulaciones sobre el carácter económico de la imposibilidad del pase, que circuló en Buenos Aires. “El tema no es económico, sino técnico”, señaló. Riquelme cobró durante la pasada temporada un sueldo de 2,2 millones de euros, una cifra que ningún club en la Argentina podría abonar: casi el doble de lo que Carlos Bianchi ganó durante el mismo período por dirigir a Boca.
El dirigente catalán dijo que Barcelona “estudia varias ofertas de clubes europeos” por Riquelme y que la cuestión se definirá “en unos diez días”. Como Laporta, Rossell no reveló la identidad de esos clubes, pero más allá del interés probado del Atlético Madrid, y del que ha surgido recientemente por parte del Inter, que dirige Héctor Cúper, la prensa catalana especuló con clubes como el Stuttgart, el Arsenal o el Udinese.
Las razones técnicas del Barcelona también corren por el andarivel de los números. El club catalán pagó 11 millones de euros por el pase del jugador y, dado que no lo utilizará en la próxima temporada, cuenta con más chances de recuperar alguna vez parte de esa inversión si lo cede a un equipo de Europa, que si lo deja jugando un año en la Argentina.
De hecho, Barcelona y Boca jugarán un amistoso el próximo 22 de agosto, precisamente por una cláusula del pase de Riquelme; sería un tanto insólito que en ese partido el jugador vistiera la camiseta azul y amarilla. El club argentino recibirá por ese partido medio millón de dólares, pero según fuentes cercanas a la dirigencia podría resignar ese dinero y sumarle otros 400 mil dólares, como esfuerzo económico máximo para repatriar al futbolista, de cuyo sueldo debieran hacerse cargo los propietarios de su pase.
En Boca prefieren que sean los españoles los que anuncien las condiciones en las cuales cederían al jugador, ya que consideran que no están en condiciones de hacer ninguna oferta. En ese sentido, el secretario técnico de Boca, José Cirilo, reiteró que la operación es “un sueño dorado” pero aclaró que “de la única manera que podría concretarse es con total acuerdo entre las partes y que a nuestra institución no le represente un gasto que no pueda ser afrontado”.
El vice Pompilio cargó contra los medios. “Van mucho más rápido que la realidad. Oficialmente no hubo ninguna comunicación del Barcelona. Estamos hablando casi a diario con la gente del Barcelona pero por el amistoso que vamos a jugar el 22. Si nos acercan una propuesta la estudiaremos, junto con el técnico, y decidiremos lo mejor para Boca.” Pompilio dijo quetampoco se habló tampoco con los representantes del jugador, Daniel Bolotnicoff y Marcos Franchi.