Jueves, 2 de enero de 2014 | Hoy
DEPORTES › SE VIENE EL MUNDIAL Y LA POSIBILIDAD DE UNA FINAL BRASIL-ARGENTINA
En poco más de seis meses arranca la Copa del Mundo y una definición entre la Argentina de Messi y el Brasil de Neymar es una chance tan probable como deseada en ambos países, aunque Alemania y España tienen lo suyo para argumentar.
Por Sebastián Fest
Ya está aquí: tras 28 años de espera, el 2014 en el que el Mundial de fútbol regresa a Sudamérica es realidad, y con su inicio se potencia el debate acerca de un nuevo Maracanazo encarnado en el triunfo de una Argentina liderada por Leo Messi ante el Brasil de Neymar. “Si yo pudiera elegir un partido final en el Mundial sería Brasil y Argentina en el Maracaná. Creo que es el partido más deseado por todos”, aseguró el ex futbolista Denilson durante una entrevista con la agencia dpa en San Pablo.
Campeón mundial en Francia ’98, Denilson se retiró recientemente del fútbol, pero retrocedería gustoso 15 años para ser parte de la “seleçao” que aspira a jugar el 13 de julio la final en el Maracaná en busca del “hexacampeonato”. La herida del Maracanazo –el increíble triunfo de Uruguay sobre los anfitriones en la definición del Mundial de 1950– sigue abierta en Brasil y la mejor manera de cerrarla sería ganando el “hexa”. Si es ante Argentina en la final, mucho mejor.
“Yo creo que sería para el mundo la final más apropiada, porque Argentina está muy cerca de Brasil y hay esa rivalidad entre los clubes brasileños y argentinos”, argumentó Denilson. “Si se pierde, va a doler mucho, pero si se gana... Ja, es fiesta, serán cuatro años más de fiesta.”
La rivalidad entre brasileños y argentinos es una de las más fuertes del fútbol mundial, pero la Copa del Mundo que comienza en seis meses es más que eso. Los ocho países que conquistaron el título desde la primera edición en 1930 estarán en Brasil, que entre el 12 de junio y el 13 de julio ofrecerá el primer mundial de la historia que se jugará simultáneamente en verano e invierno.
Brasil 2014: una pesadilla logística con 12 sedes, estadios que no estarán listos en el plazo previsto y aeropuertos como los de Río de Janeiro y San Pablo que, de tan caducos, instalan al viajero en un indeseado túnel del tiempo. “Esto fue mucho más por factores políticos que por sentido común”, aseguró a dpa José Ferreira Neto, un ex futbolista del Corinthians que ejerce ahora de comentarista televisivo. “Con seis sedes, la Copa del Mundo en un país grande como es el nuestro sería mucho mejor: se habría gastado mucho menos dinero y el resto del dinero podría destinarse a metro, hoteles, muchas otras cosas importantes”.
“Para mí, el que ganará el Mundial es Alemania”, añadió Neto, ya metido de lleno en el debate futbolero. “Tiene la mejor selección, porque desde 2006 viene armando una selección fuerte con jugadores jóvenes.” Los méritos de Alemania, la calidad de una España que defenderá el título y la potencia histórica de otras selecciones como Italia u Holanda no alcanzan, sin embargo, para arrinconar el debate en torno de esa tan morbosa final de brasileños y argentinos en el Maracaná. Argentina sueña con su tercer título mundial y tiene en Messi, el mejor jugador del mundo, a su gran carta ganadora.
Marcos de Azambuja, ex embajador brasileño en Argentina y ex vicecanciller del país, cumplirá 89 años dentro de un mes, pero tiene perfecta memoria de aquel 2-1 uruguayo del 16 de julio de 1950 en el templo del fútbol brasileño. Acompañado por su padre y su abuelo, un Azambuja de 15 años estaba allí. La experiencia lo marcó de por vida.
“El público entró con gran alegría y salió quizá con el silencio más profundo que yo he conocido. Nunca he vivido en ninguna iglesia, cementerio, hospital el silencio de aquellos minutos”, explicó el diplomático. “Era un silencio absoluto, porque los uruguayos no podían celebrar. Me imagino que ni siquiera un héroe uruguayo ante 200.000 enloquecidos brasileños sería capaz de decir nada. La derrota fue en el segundo tiempo, 30 minutos en los que el mundo se deshizo”.
Azambuja grafica con precisión de orfebre las diferencias entre su país y el vecino por el que tanto afecto siente: “Brasil es un país irresponsablemente alegre y Argentina muchas veces es responsablemente triste”. Una nueva frustración en el Maracaná, cree el embajador, “sería más aceptable desde el punto de vista intelectual”.
“Si llega el Maracanazo II, será después de cinco victorias nuestras. En 1950, nada nos consolaba, la idea que había entonces era la de que nunca más habría condiciones tan favorables.”
Aunque todo tiene un límite, y perder la final en el Maracaná ante Argentina está mucho más allá de cualquiera imaginable, asegura Azambuja con una sonrisa tan cómplice como seriedad en el fondo. “Eso sería una desgracia sin límites. Yo trabajé toda mi vida por la amistad entre los dos países, pero esto excluye el fútbol. En el fútbol no hay mayor placer para mí que una derrota argentina. Yo quiero que Argentina pierda, si es posible en una forma humillante”.
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