Sábado, 24 de mayo de 2014 | Hoy
DEPORTES › OPINION
Por Ramón “Cacho” Heredia *
Este Atlético Madrid tiene algunas cosas similares al que jugó la final de 1974, con un estilo contragolpeador. El orden defensivo y la llegada por sorpresa cerca del área rival era otro de los sistemas que utilizábamos nosotros. El técnico era el Toto (Juan Carlos) Lorenzo, a quien le gustaba jugar con tres puntas, y de esa manera se llegaba al arco rival con mucha gente y siempre de manera criteriosa.
En este plantel actual me sorprende mucho Diego Costa, que no se sabe si va a poder estar por un problema físico. Si no juega, será una baja importante, porque llegaba en el momento justo. Pero la selección española lo va a poder aprovechar en todo su potencial durante el Mundial de Brasil. Hay dos jugadores que le dan mucha tranquilidad al resto, que son el arquero Courtois y el defensor Diego Godín. A partir de ellos la estructura está bien sostenida. También es vital la tarea de (Arda) Turan, porque es alguien que le pone claridad al traslado de la pelota en la zona de definición, y además le pega muy bien de larga distancia.
El acierto de la institución fue haber contratado a Diego Simeone, una persona muy identificada con el club y quien les da una moral muy alta a todos los jugadores. El ha sabido explotar lo mejor de cada uno para llegar a ganar la Europa League el año pasado y ahora la Liga. Por ese motivo, el equipo llega a jugar esta final con el ánimo muy alto por haber conseguido esos títulos. Simeone es coherente con su pensamiento y lo aplica en el campo de juego, aparte de que conoce bien el vestuario del Atlético. Yo creo que el técnico tiene el 50 por ciento de mérito en cada uno de los logros del plantel.
En el equipo del ’74 teníamos al fallecido Luis “Mono” Aragonés, que luego fue un entrenador exitoso, y ese equipo también tenía una fuerte presencia argentina: siete en total. Además de mí estaban Rubén “Ratón” Ayala, Heraldo Becerra, Ovejero, Cabrero y Rubén “Panadero” Díaz. Lo llamaban “El equipo de los indios” o “El equipo de los animales”, por todos esos apodos tan particulares.
La tristeza después de aquella final fue muy grande. Se terminó perdiendo con el Bayern Munich, que tenía a la mayoría de los jugadores de la selección alemana que disputó el Mundial en su país y lo terminó ganando. Nosotros hicimos el gol por intermedio de Aragonés, ya en el alargue, y ellos nos empataron sobre la hora, en el minuto 120. En esa época había que jugar otro partido para desempatar, tres días después, y allí perdimos 4-1, pero en el primero estuvimos al borde de ganar el título. Teníamos un gran equipo; incluso yo estaba nominado para ganar el Balón de Oro, y como ganaron los alemanes, se lo terminaron dando a Beckenbauer. Para mí, con 20 años, haber llegado a esa final fue algo impresionante, porque el Atlético nunca había jugado una, y se llegó como consecuencia de una gran armonía entre todas las partes de la institución. Lo mismo que sucede ahora, cuarenta años después.
* Integrante del Atlético Madrid finalista de la Copa de Europa de 1974.
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