Cuando el tablero marca empate, las noches de viernes en la Copa Davis de tenis suelen ir acompañadas de angustia. Es lo que le sucede a Suiza en la final ante Francia, torturada por una pregunta: ¿qué hacer con Roger Federer? En circunstancias normales, el 1-1 en Lille sería un muy buen resultado para los suizos. El punto de dobles de hoy tiene a Francia como favorita, pero la posibilidad de ganar los dos individuales el domingo sería clara.

El problema es que Federer no está en una semana normal. El número dos del mundo se lesionó la espalda el sábado durante una batalla de casi tres horas ganada ante su compatriota Stanislas Wawrinka. Renunció a jugar el domingo la final del Masters y entre el miércoles y el jueves en Lille sumó apenas una hora de entrenamiento. Luego de la victoria de Stanislas Wawrinka sobre Jo-Wilfried Tsonga por 6-1, 3-6, 6-3 y 6-2, Federer fue vapuleado 6-1, 6-4 y 6-3 por Gael Monfils, un jugador al que históricamente dominó, y así dejó un gran dilema para Severin Lüthi, que combina las funciones de capitán suizo y entrenador de Federer. “Estoy listo para hacer eso si se me necesita”, dijo Federer al preguntársele si se ve capaz de jugar tres días consecutivos. A un Federer al ciento por ciento se le acepta la oferta de inmediato. Al Federer disminuido de esta semana hay que tratarlo de otra manera.

Los nominados por Suiza en el sorteo son Marco Chiudinelli y Michael Lammer. Chiudinelli está fuera de los 200 mejores jugadores del mundo, Lammer más allá de los 500. Como pareja es altamente improbable que puedan inquietar a los nominados franceses, Julien Benneteau y Richard Gasquet. Así, Suiza tiene que pensar en cómo ganar el dobles, porque en el estado actual de Federer, Jo-Wilfried Tsonga se perfila como favorito para el cuarto punto de la final el domingo.

La primera alternativa pasa por un Federer-Wawrinka. El número dos del mundo demostró que su brazo sigue siendo mágico aún con la espalda rota. En un dobles debe moverse mucho menos, no necesita correr de lado a lado. Y Wawrinka, aunque no sea un gran doblista, viene jugando muy bien y tiene el recuerdo del oro olímpico junto a Federer en Beijing 2008. La segunda variante es un Wawrinka-Chiudinelli, y la tercera, un dobles de íntimos amigos: Federer-Chiudinelli.

Sea cual fuere la decisión, todos le están prestando atención en estos días a David Macpherson, contratado la semana pasada durante el Masters de Londres como asesor del equipo suizo. Macpherson, de 47 años, fue tenista hasta 2003 y es actualmente el entrenador de los hermanos Bob y Mike Bryan, que conforman la pareja más exitosa de todos los tiempos.

Federer parece inclinado a intentar jugar hoy para ayudar a Suiza a ganar la Davis, un trofeo que no figura en sus vitrinas: “Ahora sé que hay menos riesgos que esta mañana (por ayer), estoy disponible para el equipo, no sólo como jugador, sino en cualquier papel que pueda cumplir”.