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La Liga Nacional de Básquetbol está muy cerca de sufrir una crisis entre los jugadores y las autoridades de la Asociación de Clubes (AdC), que no se sabe qué consecuencias podrían llegar a tener. Las sanciones a Leonardo Gutiérrez y Martín Leiva, primero, y las de Bruno Lábaque y Javier Martínez de ayer generaron ese clima, que promete ser más caliente en las próximas horas, cuando llegue la reacción de la Asociación de Jugadores (AdJ).

Todo comenzó cuando a Gutiérrez y Leiva les aplicaron una sanción de 15 pesos más costas por criticar al presidente de la AdC, Fabián Borro, al que acusaron de querer perjudicar a Peñarol, su equipo, porque el club marplatense se opone a los cambios que está llevando a cabo la entidad. A los dos referentes del actual campeón le aplicaron un flamante Código de Etica, que se aprobó a mitad del certamen y al que los jugadores aducen desconocer. Desde la AdJ se emitió un fuerte comunicado, en el que se tildó a la nueva conducción de soberbia y autoritaria.

Ante esa situación, el viernes pasado, en el encuentro entre Atenas y La Unión de Formosa en Córdoba, los dos equipos hicieron una especie de minuto de silencio en solidaridad con los colegas sancionados, cruzándose de brazos antes del salto inicial. Lo mismo ocurrió después en Sionista-Ciclista. En Boca-Quimsa, los jugadores locales no se movieron en el momento del salto inicial.

Hubiese quedado en una anécdota, pero el Tribunal de Disciplina de la AdC abrió un expediente contra Bruno Lábaque, capitán de Atenas, y Javier Martínez, capitán de La Unión, argumentando “una injustificada negativa a comenzar juego”. De acuerdo con el artículo que les aplican, les podría corresponder una pena de dos a ocho encuentros de suspensión. Por lo pronto, Lábaque ayer quedó inhabilitado de manera provisoria hasta que haga su descargo, aunque menos de una hora antes del partido ante Bahía Basket se enteró de que no podía jugar. De acuerdo con la versión del base cordobés, la comunicación de la sanción le llegó en el micro que lo llevaba a la cancha. Y por el momento, no hubo citación para los capitanes de Sionista, Ciclista ni de Boca.

El escenario está planteado y la guerra parece inminente. “No voy a permitir que me toquen el bolsillo. No me voy a quedar callado ni con los brazos cruzados”, afirmó Gutiérrez. “Me siento agraviado y manoseado”, agregó Leiva. “Estoy contando hasta 200 millones para no escribir lo que siento, pero solamente para no perjudicar al equipo. Si fuera por mí, digo todo”, escribió Lábaque en su cuenta de Twitter, en el más fuerte de los mensajes que mandó. Ahora la pelota está en manos de la Asociación de Jugadores, que en las próximas horas moverá sus fichas para defender a sus afiliados.