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El mes pasado, Justine Henin fue envuelta en una velada acusación de doping por parte del entorno de Kim Clijsters, que ahora quedó segunda en el ranking. El enfrentamiento oscurece el logro de este pequeño país que ha puesto en lo más alto del ranking a dos compatriotas, una flamenca, la otra francófona. A las acusaciones vertidas en la prensa flamenca por el padre de Clijsters y un antiguo tenista, Henin respondió que su único doping “es el trabajo”.
Cuando Justine Henin aterrizó en el aeropuerto de Bruselas, el martes posterior a su éxito en el US Open, el mes pasado, la cadena televisiva VRT y la Gaceta de Amberes, ambos flamencos, ya habían recogido las acusaciones del ex tenista Filip Dewulf, del entrenador Wim Vandeven y de Leo Clijsters, ex zaguero de la selección de Bélgica de fútbol. Ninguno pronunció la palabra doping, pero todos hablaron de la imposibilidad de que hubiera logrado de forma natural una progresión tan rápida en la última temporada.
Henin, una de las tenistas más delgadas y menudas del circuito, ha exhibido una musculatura y una fuerza muy superiores a las de anteriores temporadas, que le fue útil para superar en el ranking a Clijsters, la tenista que hace no mucho aseguraba ser amiga de Justine y haber mejorado su francés gracias a ella.
El doctor Xavier Messens, cirujano especialista en los hombros que trabaja desde hace dos años para Henin, explicó el programa del éxito: la tenista recibe dos horas de fisioterapia al día, incluso durante los torneos, ha reducido el número de campeonatos en los que participar para disfrutar de mayores tiempos de descanso y no agravar dolencias, mantiene una relación estrecha y fluida con Juan Carlos Rodríguez, y por supuesto despliega un trabajo intensivo de entrenamiento con especial cuidado de sus hombros, su punto débil.
Tras la llamativa transformación de la tenista está también Pat Etcheberry, el preparador físico de grandes nombres de este deporte como Agassi, Sampras o Seles. El ha ayudado a Henin a lograr golpes más potentes y siempre ha defendido el uso de la creatina, una sustancia que no está prohibida. Messens asegura que Henin no ha recurrido a ella y la propia tenista asegura no haber consumido ninguna de estas sustancias.