EL PAíS
Vázquez acusó a Fayt de ser autor de las versiones de su renuncia
“Nunca dije que iba a renunciar”, le gritó el cortesano de la ex mayoría automática al ahora presidente del tribunal en la reunión de ayer. López, socarrón, dijo que él tampoco se va.
Por Irina Hauser
“Turrolandia” se llama el reino donde el juez de la Corte Suprema, Carlos Fayt, dice que viven los periodistas. Su colega Adolfo Vázquez lo responsabiliza a él por las versiones mediáticas que hablaban de su posible renuncia. “Nunca dije que iba a renunciar”, le gritó delante de los demás ministros. Ambos se trenzaron en medio de la reunión plenaria de ayer a la mañana mientras en tono socarrón, hundido en su asiento, Guillermo López decía: “yo tampoco me voy”. Según las especulaciones que circulan en tribunales, López, a quien los diputados de la Comisión de Juicio Político ya acordaron acusar (ver aparte), estaría más cerca de dejar su cargo. Vázquez, cuando le llegue el turno, resistiría un tiempo.
Como en los viejos tiempos, los jueces de la Corte se dedicaron más a sus problemas domésticos que a analizar expedientes. El juicio político en puerta a otros dos integrantes de la vieja mayoría automática menemista está desatando tormentas internas. Poco antes del acuerdo de ayer a la mañana, Vázquez se comunicó con Fayt para recriminarle una versión periodística que lo ubicaba al borde de la renuncia, un tema que ambos habrían tocado en un encuentro reservado. En un momento de la reunión en que los siete ministros estaban presentes, hicieron salir a todos los secretarios y estalló la discusión.
Vázquez negó que esté analizando renunciar y que piensa enfrentarse a todos los embates que vengan “desde dentro” de la Corte o “desde afuera”, relataron a Página/12 funcionarios del tribunal. El presidente del tribunal desconoció responsabilidad en los trascendidos.
–El doctor Vázquez está molesto por una vez que dicen que desistirá. ¿Cómo debería estar yo que hace meses los diarios vienen diciendo que me voy? Yo tampoco me voy –sorprendió López, que suele permanecer mudo durante los pocos acuerdos a los que concurre.
En el alto tribunal todo el mundo dice que López renunciará, no sólo por la presión de un juicio político que ya se le viene encima (ver aparte) sino porque está muy mal de salud como para soportarlo. A Vázquez, en cambio, le creen que resistirá mientras no esté en peligro su jubilación. Es decir, se iría una vez que la posible acusación llegue al Senado. Los diputados están dispuestos a avanzar en su contra, pero lo harían una vez que se haya concretado la destitución de Eduardo Moliné O’Connor, por ahora suspendido.
Fayt, que ahora tiene la costumbre de dedicar alguna frase todas las mañanas a los movileros que lo esperan en la puerta de su casa, dijo ayer que “la renuncia es una de las posibilidades permanentes en cada uno de nosotros”. “La gente tiene a veces una idea deformada de la realidad cuando supone que los jueces tienen un empleo vitalicio”, agregó el juez, a pesar de que él está por cumplir 20 años en la Corte. Entre sus reflexiones matinales, se quejó de que los supremos realizan “un trabajo sumamente difícil, alguno diría insalubre, pero tiene que cumplirse” y reclamó “ayuda” de la prensa, con “una crítica sana, directa, no con el calificativo soez, no con la turrolandia (sic)”.
En un trámite rápido sus señorías decidieron que Augusto Belluscio reemplace a Moliné O’Connor al frente del Jurado de Enjuiciamiento, que juzga a magistrados inferiores. A Antonio Boggiano lo nombraron a cargo de la Escuela Judicial. Entre otros temas comentados durante el acuerdo, resurgió el de los reclamos presentados por Moliné ante la Corte cuestionando su juicio político, en los que los supremos se excusaron: todo indica que los conjueces sorteados entre camaristas para resolver esas cuestiones se excusarán también –como pidió un grupo de diputados– y habría un nuevo sorteo entre una listado de conjueces abogados.