Acostumbrado al calor que azota la ciudad de Londres, el correntino Leo Mayer logró avanzar ayer a la tercera ronda del torneo de Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada, con un contundente triunfo sobre el español Marcel Granollers. Ahora sueña con enfrentar al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, por los octavos de final, aunque primero deberá vencer en tercera ronda al sudafricano Kevin Anderson. Pero el tandilense Juan Mónaco cayó en sets corridos frente al australiano Nick Kyrgios.

“Vengo jugando bien, quiero ganar al menos un partido más”, señaló ayer Mayer, número 21 del ranking, en referencia a su próximo duelo frente a Anderson. “Será un buen partido. Tendré que ponerme el casco porque sabe sacar muy bien. Pero no pasa nada, yo también vengo jugando de buena manera y creo que tengo buenas opciones de ganar”, remarcó. La ilusión del entusiasmo del correntino pasa por su deseo de un hipotético enfrentamiento con Djokovic en octavos de final. “Me encantaría jugar con Djokovic otra vez –jugó en el Abierto de Australia 2014–, que me enseñe un poquito, pero primero hay que ganarle a Anderson”, explicó Mayer, Pero claro para eso deberá vencer primero a Anderson. Y el australiano no será fácil, ya que este año en Miami se quedó con el triunfo. “(En ese torneo) no estaba bien entrenado, pero aquí sí. Va a ser un partido igualado”, explicó Mayer tras vencer 6-3, 7-6 (4), 6-3 a Granollers.

“Jugué muy bien realmente. El jugó mucho tiempo ayer en el doble y eso me ayudó, pero bueno había que ganar el partido. Empecé muy bien, y le saqué rápido la ventaja”, analizó Mayer su partido frente al español. El correntino aspira a repetir lo hecho en 2014, cuando alcanzó los octavos de final sin ser un especialista en césped, la superficie del torneo.

Mayer es el único argentino con vida en el torneo inglés, ya que Mónaco no pudo vencer en su duelo frente a Kyrgios, quien se impuso por 7-6 (5), 6-3 y 6-4. “Sirvió bien, jugó mejor que yo y mereció ganar”, comentó el tandilense, número 35 del ranking, sobre el joven australiano de 20 años, que en 2014 fue verdugo de Rafael Nadal que en conferencia de prensa remarcó: “Un punto te puede hacer perder un set. Puede haber ganado el primer set, pero él jugo mejor ese punto y esa fue la diferencia”.