El camino al Mundial de Rusia sigue siendo espinoso para la Selección, que en el clásico sudamericano ante Brasil tampoco pudo conseguir su primera victoria en las Eliminatorias. Lo positivo fue que al menos logró marcar el primer tanto en el torneo y logró demostrar personalidad, a pesar de la falta de juego necesario a lo largo de todo el partido para superar al eterno rival, al que se lo vio lejos de su mejor versión.

El compromiso principal de Argentina era poder estar a la altura, sin sus protagonistas estelares. Los que más influencia tuvieron en la creación fueron Di María, que lució la 10 que dejó vacante Lionel Messi por lesión, y Ever Banega. Ellos encabezaron los circuitos ofensivos del conjunto albiceleste en la etapa inicial. Brasil, en cambio, no lograba escapar de la presión y le costaba no sólo controlar la pelota en el medio, sino también aproximarse al área de Romero. Neymar se recostó por la izquierda y entre Roncaglia y Otamendi se encargaron de frenarlo. Pero además, el ex jugador de Boca también se animó a proyectarse con acierto por su lateral y se transformó en una vía de ataque por el carril.

La postura del conjunto local fue clara desde el principio: ubicarse en el campo rival y presionar sobre la salida. De esa forma, rápidamente se acercó con riesgo. Cuando apenas habían pasado dos minutos, Roncaglia probó al arco y respondió bien Alisson. Enseguida, Di María le dio cruzado de zurda y la pelota salió muy cerca del palo.

Dunga buscó variantes recién a los 30 minutos. Lo trasladó a Neymar al centro del ataque y a Oliveira lo movió hacia la derecha. Pero cuando el pentacampeón del mundo intentaba buscar el desequilibrio llegó el ansiado gol del equipo argentino. Di María enganchó hacia el medio, habilitó a Higuaín, quien se desprendió por la derecha y lanzó un centro bajo al área, para que Lavezzi entrara a toda velocidad y convirtiera con una definición precisa, casi debajo del arco. Sobre el final de la primera etapa, David Luiz estuvo cerca del empate con un cabezazo en la que terminó siendo la única llegada de los visitantes.

Al minuto del complemento, Argentina estuvo muy cerca de aumentar la diferencia, pero el remate de Banega, luego de la gran jugada de Otamendi, pegó en la base del palo. A pesar de esa chance, Brasil fue el que intentó reaccionar un poco más en el inicio, aunque sin tener mucha profundidad. Neymar empezó a conectarse con el ingresado Douglas Costa y a través de ellos pasaban los mejores momentos de los brasileños. El atacante de Bayern Munich hizo crecer a la visita, ya que le dio más dinámica y variantes a la ofensiva. Además fue el encargado de cabecear un centro de Dani Alves, la pelota dio en el travesaño y Lucas Lima capturó el rebote para vencer con un zurdazo de volea a Romero, quien no pudo despejarla.

El equipo de Martino sintió el impacto anímico del empate y su línea de juego ya no fue la misma del principio. A pesar de la falta de claridad, el equipo fue hacia al arco de Alisson con Di María como bandera, mientras que Brasil lucía agrandado y había empezado a manejar con más criterio la pelota. En ese contexto, la clase de Neymar tuvo cada vez más influencia.

El dueño de casa, empujado por las tribunas, pudo acercarse nuevamente al arco rival a partir de los 70 minutos. Rojo apareció por izquierda, lanzó un centro e Higuaín no pudo conectar. La respuesta llegó a través de un disparo del delantero de Barcelona que exigió a Romero. Sobre el final, cuando Argentina buscaba a puro centro y con amor propio, Rojo lo falló de cabeza. Evidentemente, no era la noche para el reencuentro con el éxito, aunque no estuvo tan lejos.