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Más decepciones que alegrías. Con esta breve frase puede resumirse la participación de los representativos argentinos en los torneos Preolímpicos como el que arrancó ayer en Chile y en el que hoy debuta la Selección Sub-23 que dirige Marcelo Bielsa. Desde 1960, cuando se establecieron como fase eliminatoria para los Juegos Olímpicos, el elenco albiceleste obtuvo la clasificación sólo en cuatro ocasiones. Varios equipos integrados con prometedoras individualidades fracasaron inexplicablemente a lo largo de estos certámenes, lo que determinó que el sueño de la medalla dorada, el único pergamino que aún le falta al fútbol nacional, se truncara anticipadamente.
Las primeras dos ediciones se disputaron en Lima y la Argentina ganó las dos. En 1960, con un equipo que integraban jugadores como Rendo, Oleniak y Bilardo, entre otros, que fue a los Juegos de Roma, ese mismo año, y pasó sin pena ni gloria, eliminado en la primera ronda. Cuatro años después, en el mismo escenario, la consagración estuvo empañada por la tragedia. Argentina, ya clasificada, se enfrentaba con Perú, y los locales necesitaban obtener una victoria para ir a Tokio. 45 mil espectadores abarrotaron el Estadio Nacional de Lima. La Argentina ganaba 1-0 cuando, faltando diez minutos, el árbitro uruguayo Pazos le anuló un gol a Perú por una supuesta jugada peligrosa. El público manifestó su descontento arrojando piedras y botellas; la policía contestó con gases lacrimógenos hacia las tribunas. La gente intentó abandonar el estadio y se encontró con que las salidas estaban cerradas y se produjo una avalancha que causó la muerte de 400 personas. Ese conjunto estaba formado por jugadores de la talla de Cejas, Perfumo y Mori.
La AFA desistió de participar en el Preolímpico de Colombia, clasificatorio para México 1968. La sede se repitió tres años después, y aunque en esta ocasión Argentina concurrió, el equipo quedó tercero, al margen de Munich 1972. En 1976, César Menotti se negó a formar un seleccionado para el Preolímpico que se disputaría en Brasil. Se le encargó a Jorge Griffa, técnico campeón con la tercera de Newell’s, la confección del equipo, entre los que estaba un aguerrido marcador central: Marcelo Bielsa. Pero tampoco se clasificó.
La mala racha se quebró en 1980. Federico Sacchi armó un equipo cuya columna vertebral eran jugadores de Talleres de Córdoba. Argentina fue campeón por tercera y última vez, en Colombia. No obstante, la dictadura militar, alineada con los Estados Unidos, se plegó al boicot ordenado por la administración Carter a los Juegos de Moscú, en castigo por la invasión soviética a Afganistán, un año antes. De esta forma, se desperdició una certera chance de obtener la presea dorada.
Bilardo no quiso participar en los Juegos de Los Angeles 1984 y Argentina no concurrió al Preolímpico de Ecuador. Pero en 1987, con Caniggia, Troglio e Islas, entre otros, un conjunto que dirigido por Carlos Pachamé logró, después de 24 años, una plaza olímpica para el fútbol argentino en Bolivia.
En 1992, de la mano de Alfio Basile, se había formado un equipo que parecía imbatible. Latorre, Flores, Gamboa, Simeone y Mohamed parecían destinados a la consagración más alta del podio en Barcelona. Sin embargo, no se superó ni siquiera la primera rueda. En 1996, en Mar del Plata, bajo la conducción de Daniel Passarella, se clasificó en segundo lugar detrás de Brasil. Hugo Morales, Crespo, Marcelo Delgado, Ortega y Sorín formaron parte de un conjunto que, por momentos, jugó un fútbol de alto vuelo, y fue la base del conjunto que ganó la medalla de plata en Atlanta.
José Néstor Pekerman, que había ganado dos títulos mundiales con el Sub- 20, tuvo la misión de conquistar la medalla que cuatro años atrás se había escapado ante Nigeria. El entrenador convocó a Biagini, Placente Cambiasso, Riquelme, Romeo, Saviola y Milito. Pero en la ronda final un solvente seleccionado chileno le ganó por 1-0 y el sueño olímpico se esfumó una vez más.

Producción: Leonardo Castillo.