DEPORTES › EL SELECCIONADO NO PUDO ANOCHE CON LITUANIA, EL SUBCAMPEON EUROPEO

Una caída que obliga a futuro

Los jugadores argentinos tenían claro que, de ganar, podían encarar los partidos siguientes con más holgura, pero anoche se encontraron a un rival duro, muy físico y de los mejores equipos del torneo. El trámite fue parejo y estuvo abierto hasta el final.

Si había sido un partido duro el amistoso previo a los Juegos entre Argentina y Lituania, jugado en Tecnópolis y que terminó, al cabo de dos tiempos sumplementarios, en poder de los locales 86-85, el que ambos equipos jugaron anoche en Río de Janeiro lo fue todavía más: muy físico y cerrado, como se suele ver en básquetbol europeo, esta vez lo ganaron los subcampeones del Viejo Continente por 81-73, en un trámite que fue parejo de principio a fin.

Argentina arrancó bien, pero dejó pasar su chance y perdió el parcial 16-15, luego de que Campazzo fallara dos tiros de tres y Mainoldi terminara mal la última. Tampoco había sido el parcial para Ginóbili –falló 4 libres de 6– y Scola, ambos con 4 puntos.

Con el envión y buenas intervenciones de Kuzminskas, alero de los New York Knicks, Lituana estiró la ventaja en el segundo cuarto. Se puso 23-18 arriba y obligó al Oveja Hernández a pedir minutos para acomodar las cosas. Con Garino en la gancha, Argentina mejoró su trabajo defensivo y logró frenar el impulso de los lituanos. Reaparecieron Scola, Ginóbili y Nocioni para acortar la diferencia –que había llegado a ser de siete– e irse al descanso 30-27 abajo.

El aliento de los hinchas argentinos en el Arena Carioca empujó al equipo nacional en el inicio del tercer cuarto, donde la Selección logró pasar al frente 34-32. Dos triples de Ginóbili en el parcial –18 en lo que iba del partido–, justo cuando Lituania volvía a presionar y pasar al frente, a falta de 5 minutos para finalizar el parcial, Argentina volvió a pasar al frente 42-40. Reaccionó Lituania con la ayuda del base Kalnietis y volvió a pasar al frente 48-44. Pese a que Delfino se anotó con un triple, a un minuto del cierre, Lituania logró sacar una ventaja de 10, la máxima en lo que iba del partido, que la Selección descontó para irse al último cuarto 57-49.

El equipo argentino salió a jugar el último cuarto con mucha determinación. Con una buena penetración de Delfino, Argentina se puso a tres, luego emparejó con un triple de Campazzo en el partido y pasó al frente con un doble de Manu 61-59. En el estadio solo se oia el clásico “oh Argentina vamos, ponga huevos que ganamos”. Kuzminskas –23 puntos– se cargaba a su equipo sobre las espaldas, en Argentina el trabajo esta más repartido entre Ginóbili y Scola. Lo que quedaba claro, sin dudas, era que ninguno de los equipos iba a ceder protagonismo hasta el final.

Lituania tuvo un ráfaga implacable de aciertos ofensivos que sumados a las fallas del equipo nacional al momento de anotar le permitió ponerse nuevamente arriba 71-64. En los tres minutos finales, Argentina se la jugó y arriesgó para volver a acercarse a los dirigidos por Jonas Kazlauskas por 72-69. Con el partido 77-71 Manu volvió a desperdiciar dos libres, y a falta de 19 segundos Campazzo robó y descontó con un doble. Pero los eurpeos no aflojaban su intensidad. Hacía falta un milagro para dar vuelta el trámite con sólo 18 segundos en juego. No salió lo planeado y fue victoria para Lituania. “Perdimos con uno de los mejores equipos del torneo. Tenemos que tener claro que no estamos tan mal. Si ganábamos hoy hacíamos la plancha. Ahora se nos vienen partidos muy complicados”, comentó Delfino.

En otro de los partidos del Grupo B, España le ganó en el segundo turno de la jornada a Nigeria por 96-87; mientras que en el primer turno, Croacia derrotó a Brasil 80-76. Justamente, al término de este encuentro los organismos de seguridad de los Juegos Olímpicos realizaron una explosión controlada, a través de un robot, de una mochila que había quedado abandonada en una de las escaleras de acceso al estadio Arena Carioca I.

La Argentina se medirá con Brasil mañana, en un partido que se presume de alto voltaje. De hecho, el basquetbolista brasileño Marcelo Huertas opinó: “Sin dudas será una guerra porque somos rivales de toda la vida y ellos tienen un gran equipo. No debemos entrar en ningún tipo de provocación por parte de ellos, que seguramente habrá como cada vez que nos enfrentamos. La clave pasará por tener la cabeza absolutamente fría y jugar al básquetbol”.

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Una imagen de la dura batalla de Scola en la zona pintada.
Imagen: AFP
 
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