DEPORTES › SAN LORENZO IGUALO 0-0 EN SU VISITA A RAFAELA
Un punto que no los conformó
A los dos les disgustó el empate, ya que los locales estuvieron más cerca de ganar y a los de Gorosito la igualdad los deja lejos.
El 0-0 final resultó injusto por lo que mostraron Rafaela y San Lorenzo. Dominio alternado y situaciones en los dos arcos, sobre todo en el que defendió José Ramírez, merecieron, al menos, un par de goles. Es que las urgencias de ambos, uno por escaparle al descenso y el otro por no perderle el tren a los punteros, llevaron a los dos equipos a buscar la victoria desde el arranque. Cada uno con sus armas trató de imponer su supremacía, por lo que el comienzo mostró acciones de riesgo en ambos costados. Sin embargo, de a poco, el trámite fue ingresando en el vértigo que proponía Rafaela. Con mucha actitud para pelear cada pelota, con la peligrosidad de Gandín y con una insistencia casi permanente en enviar balones por aire al área rival, el conjunto de Piazza encontró la manera de generarle peligro a Ramírez.
En cambio, incómodo por las dimensiones de la cancha, obligado a forcejear en casi todas las maniobras y sin posibilidad de imponer la mayor técnica de sus jugadores, a San Lorenzo el partido siempre le resultó molesto. Le costó armar jugadas coordinadas en ataque y, para colmo, Romagnoli jamás pudo despegarse de la marca de los volantes rivales, con lo que no consiguió asumir su rol de conductor. Además, sufrió bastante en el fondo, sobre todo con los pelotazos cruzados. Incluso pudo quedar en desventaja con un tiro libre de Gandín o un remate de Bovaglio, dos chances que devolvió el travesaño.
Ya instalado definitivamente en el terreno de la lucha, el partido se tornó ordinario, aunque la búsqueda de la victoria por parte de ambos equipos siempre mantuvo la emoción y la incertidumbre en el marcador. A esa altura parecía que Rafaela lucía más decidido y podía llevarse los tres puntos, pero se encontró con un par de muy buenas intervenciones de Ramírez y otro tiro en el travesaño, esta vez de Federico García, que le ahogaron el grito. Claro que San Lorenzo también contó con sus chances sobre el final del juego: un cabezazo de Santana, que pegó en el travesaño; un mano a mano, que Medrán le tapó a Carreño; y una palomita de Luna, que se fue apenas desviado. Así llegó un cierre que no dejó conforme a nadie.