DEPORTES
Coria largó con el pie derecho
En Roland Garros, venció en el debut al ruso Davydenko. “Fue mi mejor partido en la temporada”, dijo. Mañana juega con Mónaco.
Por Sebastián Fest
Desde París
Mejor, imposible: Guillermo Coria debutó ayer en Roland Garros con una actuación cercana a la perfección, y redobló así su confianza en ganar un título que el tenis argentino conquistó por primera y única vez hace 27 años. “Fue mi mejor partido del año. Me siento muy fuerte, muy bien para este torneo que sueño con ganar”, dijo Coria tras arrasar 6-4, 6-2, 6-0 al ruso Nicolay Davydenko, 57º del ranking mundial.
Coria pasó apenas quince minutos de zozobra. Fue en el inicio, cuando un Davydenko dispuesto a ganar cada punto a pura potencia desestabilizó al número tres del mundo, que rápidamente se vio 3-0 abajo. Pudo ser peor, porque el ruso dispuso de un break point para 4-0, pero el argentino salvó la situación y, tomando una velocidad de crucero bastante elevada, comenzó a destruir los cimientos del juego de su rival. De 0-3 pasó a 6-4 en 51 minutos tras mover por toda la cancha al ruso y definir con una derecha implacable. Coria dejaba atrás su enojo del inicio. “¿Qué carajo tomó éste?”, se autopreguntó en el primer set, cuando sus tiros convertían a Davydenko en una máquina de limpiar flejes. “Esas fotos de mierda...”, se quejaría después, al escuchar el “click” de varios fotógrafos dispuestos a registrar su imagen desde todos los ángulos.
Pero tras el triunfo toda esa tensión había desaparecido. Bromeó con una aparición de su colega Agustín Calleri en un programa televisivo –“una vergüenza lo de Calleri”– y admitió que a veces habla de más mientras juega: “Fue un comentario medio desubicado ése en la cancha...”. Y siguió con su mensaje plagado de confianza. “Estoy el doble de mejor que hace una semana, muy fuerte. En Hamburgo no me sentía fuerte de piernas, y cuando estoy así no juego bien. Estoy muy conforme con cómo jugué, desde el principio hasta el final.”
Coria es señalado como el gran favorito para ganar el torneo. Sólo lo iguala el suizo Roger Federer, número uno del mundo, pero en los análisis previos de varios medios de todo el mundo, hoy es el argentino el que saca una leve ventaja. “Argentina regresa a las épocas de gloria”, tituló ayer un extenso artículo el International Herald Tribune. “Una nueva generación lleva al país al frente del tenis mundial”, es el subtítulo. “El siglo XXI ha sido un tiempo duro y desmoralizante para la Argentina: un tiempo de devaluación de la moneda, de fuga de cerebros y de expectativas defraudadas. Pero hay al menos un sector de la sociedad argentina que está en el medio de una nueva era de oro: el tenis profesional”, comienza el análisis del prestigioso medio.
El londinense The Times le dedica otro artículo acompañado de una foto junto a su esposa Carla, mientras el madrileño El Mundo publica un análisis del ex tenista Manolo Santana en el que Coria es calificado de “chaval inteligentísimo” con “clase extraordinaria” y puesto como candidato sólo por debajo de Federer.
El santafesino buscará la tercera ronda enfrentando a su compatriota Juan Mónaco, quien debutó con éxito tras sortear la clasificación. Al argentino no le molesta que digan que es favorito, aunque él prefiere ir paso a paso. “Que digan que soy favorito, si quieren: yo voy partido a partido”, dijo, al tiempo que reveló un “secreto”. “Le pedí a Agassi entrenar acá, pero no quiso. Hace un año sí entrenamos, y si no lo hubiéramos hecho, no sé si habría ganado ese partido... Esta vez prefirió esperar al sorteo...”, comentó entre sonrisas, ya que Agassi acababa de ser eliminado en su debut.
Coria aseguró que este año tiene una actitud distinta de la de doce meses atrás, cuando asombró derrotando a Agassi para escalar hasta semifinales: “El año pasado me faltaba experiencia, ahora cuido más el físico. Ya no camino tanto por el club, que es enorme”. Y dejó un enigma para el final, al explicar por qué se alentó repetidas veces durante el partido diciéndose “vamos, Sebas”. “Sí, a veces me llamé Sebastián”, explicó ante el desconcierto de toda la prensa.