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Enzo Trossero llegó ayer a un rápido acuerdo y se transformó en el nuevo técnico de Talleres de Córdoba, horas después de que Mario Ballarino ratificara de forma indeclinable su renuncia al cargo. Ballarino iba a retomar sus funciones como manager y encargado de las divisiones inferiores del club, pero anoche decidió que su alejamiento de la entidad será absoluto, sin ningún vínculo laboral de por medio. La llegada del temperamental entrenador al club cordobés se produjo tras un movimiento muy veloz de la directiva encabezada por Carlos Dossetti, dejando de lado la nominación inicial de Emilio Nicolás Commisso.
Trossero tiene previsto asumir hoy y debutará en su cargo el próximo sábado en el partido contra Independiente, por la fecha 13 del Clausura. En tanto, Sergio Céliz, ayudante de campo de Ballarino –y descartado a último momento de un interinato–, dirigirá al equipo el jueves en el encuentro frente a River por la Copa Libertadores.
La directiva cordobesa se decidió por Trossero en una reunión celebrada en un bar céntrico de la capital mediterránea y, si bien no trascendieron los detalles del acuerdo, en principio trabajaría hasta la finalización del Clausura. Talleres tendrá elecciones a fines de junio y la continuidad del nuevo entrenador estará sujeta a la decisión de las nuevas autoridades. Con respecto a la renuncia de Ballarino, trascendió que se le diagnosticó un cuadro severo de estrés y fatiga, razón fundamental que determinó su decisión, esta vez irrevocable, a pesar de que el presidente del club del Barrio Jardín estaba dispuesto a confirmarlo en el cargo por tercera vez en los últimos 10 días.
Con Talleres antepenúltimo en la tabla y un promedio que poco a poco se desinfla, sonaron varios nombres para suceder a Ballarino, entre los que sobresalían el de Commisso, quien ya estuvo como ayudante de campo de Juan José López. La dimisión de Ballarino dejó acéfala la conducción del plantel de Talleres en una semana cargada de compromisos, ya que debe jugar el jueves ante River por la Copa Libertadores y 48 horas más tarde tendrá que enfrentar a Independiente, por la decimotercera fecha del Torneo Clausura. Ambos se jugarán en el Estadio Córdoba.
En su momento, confirmada la renuncia de Ballarino, los dirigentes de Talleres habían comenzado a definir quién sería el cuarto técnico en la temporada 2001/2002, tras las gestiones de Gareca, Zanabria y Ballarino. Así se barajaron los nombres de Chiche Sosa, Commisso –que parecía muy firme– y hasta Checho Batista, sugerido por el mismo Sosa. Al fin, llegó Trossero y se acabaron las dudas.