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Reutemann dice llevarse bien con Duhalde, pero los suyos se van

El gobernador habló ayer de su buena relación con el Presidente, tras la renuncia de Paulón y la inminente salida de Lamberto. A ninguno los frenó. La política de diferenciación del Lole.

 Por Sergio Moreno

Cuando lo acarician, muerde. Cuando el que muerde es él, trata de aparentar una caricia. Carlos Reutemann se encocoró cuando desde las usinas duhaldistas se sugirió que él podría ser el delfín del Presidente para el 2003. Ayer, cuando dos de sus hombres sellaban su salida del gobierno nacional –tomando una clara distancia de las políticas que implementa–, derramó módicos halagos sobre Eduardo Duhalde. “Tengo una buena relación” con el bonaerense, dijo, primero en Santa Fe, horas más tarde en Rosario. El gobernador santafesino observó sin mosquearse la salida del gabinete de los secretarios de Agricultura, Miguel Angel Paulón, y del de Hacienda, Oscar Lamberto –a concretarse en una semana–. Paulón argumentó que discrepa con la decisión de aumentar las retenciones a las exportaciones agropecuarias; Lamberto recordó que había asumido sólo por 60 días (y que ya lleva 90). Ninguno de los dos funcionarios fue intimado por el Lole a permanecer en su lugar, como sí lo hizo cuando Duhalde le pidió hombres para su gabinete. Reutemann se sabe candidato con chances, necesita que Duhalde llegue a 2003 y, a la vez, considera conveniente diferenciarse, cuando no alejarse, del gobierno nacional. Por eso, todo lo que hizo ayer fueron gestos de conmiseración, pero no levantó el teléfono para frenar la salida de sus huestes del Gobierno.
Ayer, el gobernador santafesino hizo su propia interpretación de la salida de sus dos espadas del gobierno nacional. Así habló: “Lamberto, cuando asumió, dijo que iba a estar en el Gobierno por 60 días y se quedó 90 días. Lo del ingeniero Paulón es exactamente igual. Dijo: ‘si aplican retenciones me voy’, y bueno, se va”, graficó Reutemann, momentos antes de partir desde Santa Fe a Rosario.
Bien distinta fue la actitud del gobernador cuando consideró conveniente que dos de sus hombres más fieles se sumasen al gobierno nacional. En aquel entonces, Duhalde acababa de ser electo por la Asamblea Legislativa y pretendía que algunos gobernadores se sumasen a la empresa. Sólo Carlos Ruckauf pegó el salto. Reutemann, José Manuel de la Sota y Néstor Kirchner desistieron del convite. Pero, a diferencia de los demás, el santafesino utilizó su económico y cortante poder de convencimiento para introducir al gabinete a dos de sus fieles. Y no en cualquier lugar.
Renunciantes
Oscar Lamberto estaba más que cómodo en el Senado de la Nación. Acababa de ser electo en octubre y ocupaba la presidencia de la Comisión de Economía. Operador hábil, conocedor de las teorías y las prácticas económicas que atraviesan el país, Lamberto se guardaba para sí un lugar de brillo y alto perfil desde la Cámara alta. Pero así como un día se enteró de que Reutemann lo elegía como candidato a senador por el PJ santafesino, se encontró con su draconiana imposición para que asumiera una plaza clave en el gobierno nacional: la Secretaría de Hacienda. Así, Reutemann tendría información de primera mano sobre todo lo que ocurriese en territorio de Jorge Remes Lenicov y, a su vez, poder para exigir los dineros que el gobierno federal adeuda o pueda adeudar al provincial. Lamberto aceptó, pero impuso el plazo de 60 días para regresar al Senado.
Miguel Angel Paulón es un productor agropecuario que fue ministro de la Producción durante las gobernaciones del actual diputado nacional Jorge Obeid y de Reutemann. El Lole no debió presionar demasiado para obtener el sí de este obediente fiel de bajo perfil y colocarlo en Agricultura, un lugar vital para una provincia que vive mayoritariamente de la producción agropecuaria y aceitera.
Al igual que este ingeniero, Reutemann –que también es productor agropecuario– se opuso férreamente al aumento de las retenciones.
“Hubo coincidencia en la evaluación del efecto negativo que el incremento del 10 al 20 por ciento de los derechos a la exportación de granos, oleaginosas y derivados tendrá sobre la producción agropecuaria. En el esquema de retenciones, pretendíamos que no se aumentaran las alícuotasporque es una cuestión que pega mucho sobre provincias como Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos, pero no se pudo alcanzar el objetivo”, dijo Paulón, en Santa Fe, luego de mantener una prolongada reunión con el gobernador.
Con la coartada perfecta para la salida de ambos funcionarios, Reutemann se dio a derramar mieles sobre su relación con Duhalde. Pero lo cierto es que aquella vehemencia que desparramó para meterlos en el gabinete no sólo desapareció, sino que Reutemann bendijo la decisión tanto de Paulón cuanto de Lamberto.
Lole se sabe instalado en la grilla de los presidenciables, ha devenido en candidato del propio Presidente y gran parte de la dirigencia del PJ -el senador Jorge Yoma, entre otros– y el establishment lo considera el aspirante con mayor estatura en la oferta del centroderecha. De aquí en más, el gobernador debe caminar por un estrecho desfiladero: mantener cordiales relaciones con el gobierno federal y apostar a que no se desbarranque hasta, por lo menos, fin de este año y, a la vez, diferenciarse del gobierno nacional, por el cual el santafesino no suele apostar moneda alguna.

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Reutemann presionó a Lamberto para que aceptara hacerse cargo de la Secretaría de Hacienda.
 
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