[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Todavía sorprendido por los altibajos en el rendimiento del equipo, que sufrió ya tres derrotas, la última el domingo frente a Central, Miguel Angel Brindisi aún no decidió cómo formará Boca esta noche, jugando de local en Salta, contra San Lorenzo, en un partido en el que su equipo tiene la obligación de conseguir un triunfo que le permita remontar el resultado adverso (0-1) del encuentro de ida, por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Pese a los anuncios hechos en los últimos días, Brindisi no se decidió y se especula con que podría proponer variantes que, con la inclusión de tres hombres de punta, lo obliguen a modificar el esquema táctico del habitual 4-4-2 a un 3-4-3. En ese caso, Boca defendería con tres hombres: Traverso, Schiavi, Matellán; en el medio estarían Cagna, Cascini, Ledesma, Guglielminpietro; Tevez, Cangele, Palermo serían los hombres de punta. Esta posibilidad –el entrenador ensayó ayer diferentes variantes– estaría vinculada a la importancia que, luego de perder la Copa Libertadores, con Bianchi, y la Recopa, ha tomado para Boca la Copa Sudamericana, el último objetivo internacional en pie.
Es que un empate o una nueva derrota significaría para el conjunto que dirige Brindisi descartar el segundo objetivo de los tres a los que aspiraba en este semestre, ya que, aunque marche segundo en el torneo local a dos puntos del líder River, a principios de septiembre sufrió su primera frustración cuando cayó por penales ante el Cienciano de Perú en la final de la Recopa.
En el caso de que Brindisi decida no innovar en cuanto al esquema que viene utilizando, en la formación contaría con Pablo Jérez, que viene de sufrir un dolor muscular, para formar la clásica línea de cuatro en el fondo, teniendo que sacrificarse el ingreso del juvenil Cangele, salvo que el entrenador se decida por sacar a unos de los volantes, el candidato sería Cascini, ya que su puesto estaría cubierto por Ledesma. Otra de las novedades será el regreso del Guillermo Barros Schelotto, quien tras dos meses de inactividad por una operación en el aductor medial izquierdo, formará entre los suplentes.
Pero el asunto no está fácil para Boca; enfrente estará nada menos que San Lorenzo, que llega con la mínima ventaja por la victoria en el Nuevo Gasómetro, pero a la vez golpeado por la goleada que sufrió el último domingo ante Colón. Para San Lorenzo, la Sudamericana es el principal objetivo del semestre, ya que, ubicado en la décima posición en el Apertura, intentará repetir en el plano internacional la gran actuación del 2002, cuando se quedó con la primera edición de este certamen, tras vencer en la final al Nacional de Medellín, con Rubén Insua como entrenador.
Las novedades en el equipo de Veira pasan por el regreso a la titularidad del volante central Pablo Michelini, mientras que el delantero Damián Luna ingresaría por el suspendido Germán Herrera.
El conjunto de Héctor Veira arrancó con buen paso en esta Copa, dejando en el camino a Quilmes, rival al que venció como visitante en la ronda preliminar por 2-0, con Néstor Gorosito como entrenador, y luego empató como local sin goles, ya con Veira en el banco de suplentes; Boca, por su parte, entró al torneo directamente en esta instancia por invitación de la Conmebol, al igual que River. El ganador de esta llave enfrentará por los cuartos de final al vencedor de la que integran Peñarol y Cerro Porteño.