DEPORTES
Le apuntaron a Marín por darle entradas a la barra
El titular de la filial Salta de Racing denunció que el gerente de Blanquiceleste les dio entradas a los hinchas que arrojaron las bombas de estruendo en el partido suspendido ante River.
Bajo la lupa, Fernando Marín, presidente de Blanquiceleste SA, la empresa que gerencia a Racing, fue fuertemente cuestionado por el presidente de la filial salteña del club, Roberto Cachambí, quien lo acusó de conocer a los hinchas que arrojaron las bombas de estruendo durante el encuentro ante River que fue suspendido. “Prefirió darle entradas a este grupo marginal antes que a la gente de acá, que apoyó a Racing”, acusó el dirigente salteño al publicista en declaraciones al diario El Tribuno, en las que también manifestó que no pudo asistir al encuentro porque en la previa había sido amenazado de muerte por un barrabrava de apodado “Huevo”, integrante de la Guardia Imperial.
“La culpa de todo la tiene Blanquiceleste, que le dio entradas a ‘Huevo’, que es el mismo tipo que ingresó a mi confitería y amenazó de muerte a mí y a mi familia”, apuntó Cachambí, quien debió cerrar su local tras el incidente y comentó que a Salta habían llegado dirigentes de las filiales de Tucumán y Tierra del Fuego, quienes tampoco pudieron asistir a la cancha por las amenazas de estos barrabravas. “Nosotros no pudimos ir al estadio porque nos dijeron que si íbamos nos daban una paliza”, afirmó Cachambí, quien luego aseguró que “estos tipos son los que arrojaron las bombas de estruendo y Blanquiceleste sabe quiénes son”.
Por su parte, el gerenciador de Racing aseguró ayer que no tiene “la menor idea” de cómo viajaron hasta Salta los hinchas violentos que fueron detenidos por la policía salteña. “No sé cómo hacen, no sé cómo los financian, quién los financia, por qué los financian. Por ahí te aparecen banderas, cosas, aprietes. Es gente que se escuda detrás de paredes. Esas internas inmundas”, apuntó Marín. “Salta está a mil kilómetros. La gente viaja, va en ómnibus, en avión. No tenemos la menor idea”, ironizó el empresario, al tiempo que pidió que se termine con la hipocresía. “Todos sabemos que los responsables pueden ser encontrados inmediatamente. Me dijeron que están presos. Bueno, que no salgan más. Sinceramente, nosotros la ley no la podemos manejar”, agregó.
Los cuatro detenidos por arrojar las dos bombas de estruendo al campo de juego durante el encuentro del miércoles fueron indagados ayer por el juez de instrucción Pablo Farah. Según informó la policía, los detenidos son Nelson Dómene, de 28 años; Leandro Peredo, de 22; Fernando Fernández, de 40; y el mendocino Federico Etchelous. Todos fueron detenidos por la Infantería de la policía salteña en el estadio, durante el entretiempo, luego de ser individualizados por las cámaras del sistema de seguridad del estadio. A los imputados se les secuestró un bolso con dos bombas de estruendo y un tubo de lanzamiento de 30 centímetros de longitud.
Los organizadores anunciaron que devolverán a los hinchas el 50 por ciento del valor de las entradas, pero criticaron la decisión de los jugadores de abandonar el estadio. El vicepresidente de la sociedad estatal que está a cargo del estadio, Fernando Palópilo, que además es vocero del gobernador Juan Carlos Romero, calificó la decisión de “intransigente”, ya que “estaban dadas las garantías de seguridad”.
No opinó lo mismo el ministro del Interior, Aníbal Fernández, que elogió la decisión de los futbolistas y la calificó de “excelente”. “Si ingresan bombas es porque alguien lo permitió. Ante incidentes de este tipo hay que suspender el partido: darlo por terminado de una vez”, sentenció.