Jueves, 4 de octubre de 2007 | Hoy
DEPORTES › SEGUNDA GOLEADA EN CONTRA EN DIEZ DIAS
Aquella vez fue Tigre, esta vez Argentinos el que le convirtió cuatro goles. Una desalentadora manera de llegar al superclásico.
Por Adrián De Benedictis
No es necesario decir adiós para sentenciar una despedida. Con la demostración de algunas actitudes alcanza para sellar un alejamiento. Si bien los nueve puntos que separaran ahora a River del líder Independiente no parecen inalcanzables, por lo que exhibe el equipo dentro de la cancha la distancia es mucho más extensa y la posibilidad de lograr el título una utopía. Pero la decepción va en aumento debido a que dentro de tres días tendrá el duelo más esperado, ante Boca, y con este presente las expectativas continúan siendo desalentadoras. En La Paternal, River sumó su cuarta derrota en el torneo y mantiene su racha adversa en condición de visitante, debido a que en esta temporada todavía no pudo obtener una victoria fuera del estadio Monumental.
Para colmo, el 4-1 final pudo haber sido más abultado si Argentinos hubiera tenido mayor precisión dentro del área de Carrizo. El delirio del público local en el final, cuando el ganador hacía circular la pelota con pases cortos, fue el golpe más hiriente para un plantel que a esa altura ya no tenía respuestas tampoco anímicas.
La sensación que quedó ayer por la tarde fue que River comenzó a jugar contra Boca antes de enfrentar a Argentinos. De esa manera, la determinación del técnico Daniel Passarella de preservar a algunos futbolistas para el domingo fue el fiel reflejo de eso. Y una vez más, River se encontró en desventaja rápidamente. A los nueve minutos, Argentinos ya ganaba por dos goles de diferencia y el dominio del local era permanente.
La primera definición fue de Hauche, que la tocó por arriba de Carrizo luego de una gran habilitación de Delorte. En el segundo gol, Delorte capturó un rebote en el área y convirtió con un toque suave de zurda.
Los inconvenientes de River volvieron a presentarse en la defensa. Esta vez, los marcadores centrales fueron Gerlo y Lussenhoff, y entre ambos hicieron todo lo posible para que Delorte se transformara en un delantero imparable. Encima, ni Villagra ni Ponzio (comenzó como lateral y en el segundo tiempo pasó al medio) daban respuestas por los costados. La inoperancia continuó en la mitad de la cancha, donde Domingo y Lima no podían controlar a la dupla integrada por Battión y Peñalba y entre Belluschi y Abelairas no lograban aportar juego en ofensiva.
Una tibia reacción insinuó River en el segundo tiempo, nuevamente cuando ingresó el juvenil Buonanotte. El enlace comenzó a encarar en velocidad y fue un problema para la defensa local. Pero su socio creativo, Ortega, se fue quedando sin fuerzas físicas y tuvo que ser reemplazado. El descuento de Ruben, a los dos minutos de esa etapa, fue sólo una ilusión que rápidamente se diluyó.
Los goles de Niell, luego de una buena jugada de Pereira por la derecha, y de Battión, ya en el descuento, después de otra gran maniobra colectiva, fueron la finalización de otra tarde negra para River. El tiempo para revertir este momento es muy corto y las obligaciones son cada vez más exigentes. Por ello, el compromiso ante Boca puede ser utilizado como salvavidas o, de lo contrario, la marea puede dejar consecuencias serias.
4-ARGENTINOS
Navarro; Barzola, Caruzzo, Sabia, Escudero; Cabrera, Peñalba, Battión, Pereira; Hauche, Delorte.
DT: Néstor Gorosito.
1-RIVER
Carrizo; Ponzio, Gerlo, Lussenhoff, Villagra; Belluschi, Domingo, Lima, Abelairas; Ortega, Ruben.
DT: Daniel Passarella.
Estadio: Argentinos.
Arbitro: Rafael Furchi.
Goles: 3m Hauche (A), 9m Delorte (A), 47m Ruben (R), 87m Niell (A), 90m Battión (A).
Cambios: Buonanotte por Abelairas (R), 61m Mercier por Cabrera (A), 65m Rosales por Ortega (R), 70 Gianni por Delorte (A), 74m Niell por Hauche (A), 77m Tuzzio por Gerlo (R).
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