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Si bien la experiencia de 1991 con los carabineros, sus perros y los hinchas dentro de la cancha no se repitió, una curiosa situación vivieron los jugadores de Boca tras el triunfo ante Colo Colo. Cuando los futbolistas intentaban ingresar al vestuario, desde la tribuna local comenzaron a arrojarles piedras y botellas. Pese a la corrida para evitarlos, los cascotes estuvieron muy cerca de impactar a Hugo Ibarra, Roberto Abbondancieri, Clemente Rodríguez y Marcelo Delgado, entre otros. Ante esa situación, el árbitro Epifanio González llamó al resto de los jugadores que todavía permanecía en el campo y los reunió en la mitad de la cancha. De esa manera, Rolando Schiavi, Miguel Caneo, Gustavo Pinto y el arquero suplente Wilfredo Caballero se quedaron charlando con la terna arbitral, mientras los exaltados simpatizantes locales comenzaban a retirarse. Incluso, algunos jugadores iniciaron sus trabajos de elongación sobre el césped. Unos diez minutos más tarde, cuando el estadio ya estaba semivacío, los jugadores y el árbitro pudieron irse a los vestuarios sin inconvenientes.