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“Claro que ahora todos estamos viviendo un sueño. Cuando ayer (por el domingo) le hice el gol a Boca me desesperé, no sabía que hacer, a quién abrazar. Mis viejos me dijeron que se emocionaron mucho.” Sergio Sena, 20 años, autor del segundo gol de la victoria ante Boca, es dueño de una de las historias que fortifican a este Vélez aspirante.
“A fines del año pasado casi ni jugaba en cuarta y de golpe ahora soy titular en primera y ayer le hice un gol a Boca. Nadie puede decir que esto no es increíble.”
Llegado de Talleres de Remedios de Escalada, filial de Vélez, el pibe entrenaba en el club durante el año pasado. “Recién a mitad de año empecé a jugar en la cuarta y cuando comenzó el pasado Apertura alterné algunos partidos en reserva pero, imprevistamente, en la quinta fecha me citaron para el partido con Talleres, en Córdoba, y entré cinco minutos”, precisó. “Después no volví a jugar hasta este año. Ischia me puso a hacer la pretemporada con los de primera y allí confió en mí para jugar. A él le debo todo”, agradeció.
Sena vivió el domingo los cinco minutos de gloria, pero ha vuelto a su drama cotidiano. No tiene contrato y “con los viáticos que me pagan apenas puedo ayudar en mi casa a parar la olla, ya que mi padre está desocupado y para mantener a mis cinco hermanos aportamos solamente mi madre y yo”, comentó. “Todavía hay tiempo –asegura el presidente de Vélez, Raúl Gámez– para firmar el contrato.” El chico ya se asentó en Primera, y alienta sueños, como sus jóvenes compañeros, de celebrar todo junto.
“Para ser el mejor –señaló ayer Carlos Ischia– hay que sumar más que los otros, y eso no se consigue sólo ganándoles a los grandes, porque además perdimos con Banfield y Arsenal. Se necesita regularidad.”