DEPORTES › OPINION
Vendrán las explicaciones
Por Diego Bonadeo
La intrascendencia con que para el fútbol argentino nacieron la Copa Libertadores de América y la Intercontinental a fines de la década del cincuenta dejó de ser tal cuando algunos años más tarde, primero Boca –aun sin ganar al principio– y después Independiente –ganando–, entendieron el negocio, cuando todavía la televisión y las supersponsorizaciones no habían alcanzado el nivel y, en cierto modo también, la desnaturalización, que por estos tiempos llevó el espectáculo, por ejemplo, a definir por penales en Japón, Costacurta mediante. Parece que la edición de este año será la última Intercontinental. Esto lo decidió la “famiglia” de la FIFA, mirando los extractos bancarios bastante más allá de una final única y en escenario neutral. Aparentemente, la Intercontinental se convertirá en una especie de mundial de clubes, y allí participarán, todavía no se sabe con qué pautas de representatividad, campeones de continentes. En términos estrictamente competitivos, pareciera mucho más genuino y atractivo que el sistema actual. Y muchísimo más redituable también. Sin embargo, ya con el tiempo vendrán los lamentos por falta de fechas, sobredosis de aeropuertos, insólitos husos horarios, alimentaciones exóticas, escasez en los tiempos de recuperación y demás explicaciones a fracasos y frustraciones.