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La actuación de José Meolans en Moscú fue la mejor de un nadador argentino en el plano internacional desde que Jeannette Campbell ganó la medalla de plata en los 100 metros libres en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, hace 66 años, y recupera una tradición que cimentaron, entre otros, Alberto Zorrilla y Luis Alberto Nicolao.
Nacido el 22 de junio de 1978, en Córdoba, con 1,96 metros de altura y 90 kilogramos de peso, Meolans había logrado ya el subcampeonato mundial en los 50 metros en 1999, en Hong-Kong.
En marzo de ese año, Meolans se convirtió en el primer nadador argentino en bajar los 49 segundos en los 100 metros libres, en ocasión de las pruebas selectivas para el mundial de pileta corta en Goteborg, Suecia, donde más tarde se clasificó cuarto y quinto, respectivamente, en los 50 y 100 metros libres.
Esas actuaciones merecieron que el Círculo de Periodistas Deportivos lo consagrara como el mejor deportista argentino de ese año, entregándole el Olimpia de Oro.
En 2000 no tuvo el resultado esperado en los Juegos Olímpicos de Sydney: cayó eliminado en las series de 50 metros, y sólo logró el décimo mejor tiempo en las semifinales de los 100 metros. Pero siguió entrenándose con gran esfuerzo, pese a los problemas económicos que debió afrontar.
Meolans recupera la tradición de los grandes nadadores argentinos, como Alberto Zorrilla, quien en los Juegos Olímpicos de Amsterdam, en 1928, conquistó la medalla dorada en los 400 metros libres, o Luis Alberto Nicolao, hasta ahora considerado como el mejor nadador de la historia del deporte argentino, cuyo record mundial de los 100 metros mariposa se mantuvo en vigencia entre 1962 y 1967. Fue campeón argentino en menores, cadetes y mayores, y pudo haber ganado una medalla en los Juegos Olímpicos de México, en 1968, si no hubiera tenido problemas con el transporte: llegó tarde a la final de los 100 mariposa.