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Rodrigo Palacio llegó a Boca con un sueño complicado, ganarse la titularidad, para lo que debía marcar diferencias frente a los delanteros más experimentados Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Delgado. Y lo logró. Dio la nota en los partidos del verano, en los que se atrevió a todo, y fue dando pequeños pasos en el torneo local y en la Copa hasta quedarse con todo. Atrás quedaron su ídolo, el Mellizo, y Delgado, que encima cuando juega arranca atrás, de enganche, y cuando llega al arco no la emboca. La dupla de ataque de Boca está firme: Palermo-Palacio, los dos que mejor están y que juntos, arrancando como titulares, llevan cinco goles en cuatro partidos.
Aunque la gente se pare en la cancha para ver cómo termina a puro vértigo sus avances y entradas al área rival, Palacio prefiere el perfil bajo y no nombrar lo evidente, el hecho de haber desplazado de la titularidad nada menos que al ídolo de la hinchada, el Mellizo Guillermo –los hinchas lo piden en los últimos minutos, con el partido resuelto, como sucedió frente a Pachuca y Central, pero para antes prefieren al bahiense–. “Todavía tengo colgado en la pared de mi habitación el poster de Guillermo, que es mi ídolo”, comentó el ex Banfield, quien junto a Fernando Gago, el volante central que está dando mucho que hablar en estos días y que relegó del puesto al veterano Raúl Cascini, representan la renovación de un plantel que pedía a gritos renovarse.
“No siento que le estoy sacando el puesto (al Mellizo), porque creo que es el técnico el que define el equipo y él pone al que mejor ve en este momento”, comentó Palacio a propósito de su titularidad. “Estoy muy contento porque las cosas me están saliendo bien, aunque a veces me molesta un poco que los periodistas me den manija, porque yo no soy un referente del plantel. Es muy lindo jugar con Palermo, porque él también me busca con su juego”, agregó el ex delantero ya en la previa al partido frente a Huracán de Tres Arroyos, al que enfrentará el domingo próximo y donde se inició futbolísticamente.