DEPORTES › VARIOS ARGENTINOS PASARON POR MINARDI
Un rincón argentino en Italia
Por P.V.
Fueron varios los argentinos que pasaron por Minardi, no sólo al volante de los coches de Fórmula 1, y otros tantos se quedaron con ganas de subirse también, pese a que en la década del ’90, cuando la convertibilidad aceitaba el camino de los pilotos rumbo a la F-1, Minardi ya era el equipo menos favorecido de la categoría.
El primero en subirse fue Esteban Tuero, que consiguió un contrato para todo 1998, en el que disputó 16 carreras, terminando sólo en cuatro. A fines de ese año, sorpresivamente, el piloto de Caballito abandonó Minardi y la F-1, sin explicar suficientemente las razones de su decisión. Un problema contractual –Tuero tenía firmado un contrato a largo plazo con Giancarlo Minardi, que no quería liberarlo para dejarlo ir a correr a otro equipo– habría motivado la brusca determinación, que mereció la ácida crítica de un piloto mucho menos conocido. “Lo que hizo Tuero nos arruinó a todos los pilotos jóvenes”, se quejaba por entonces un juvenil Fernando Alonso...
Dos años después, parecía que Norberto Fontana se subiría al Minardi, pero su lugar fue ocupado a último momento por Gastón Mazzacane, que había sido piloto de pruebas del equipo. “En Indianápolis me dieron mal los horarios y llegué tarde a las pruebas de tanques llenos –recuerda Mazzacane–. Minardi me estaba esperando en la puerta del autódromo...” El corredor de La Plata hizo las 17 carreras del 2000 y al año siguiente pasó a la escuadra Prost; fue reemplazado nada menos que por Alonso. ¿El resultado? Prost sostuvo a Mazzacane apenas cuatro carreras, y luego lo despidió. Allí acabó la campaña de F-1 del platense; lo de Alonso, en cambio, es más reciente...
En algo más coincidieron Tuero y Mazzacane: la mejor ubicación de ambos fue un octavo puesto, en el GP de San Marino de 1998 y en el de Europa del 2000. José María “Pechito” López hizo sus primeras armas en F-1, ensayando a fines del 2003 un Minardi.
Otro argentino que trabajó en una función menos notoria en Minardi es el ingeniero Mariano Alperín, que solito se encargaba del departamento de aerodinamia de la escuadra italiana. Hoy es segundo del mismo departamento en la escuadra BAR, con unos cuantos técnicos a su cargo. “Una vez, un ingeniero que trabajaba en la Williams quiso humillarnos contándonos cuánto ganaba y cómo le daban un plus por cada victoria –cuenta Alperín–. Pero le demostramos que, en función de los puntos que sacaba cada equipo, como Minardi sumaba pocos puntos por temporada, nosotros estábamos mejor pagos...”