Los españoles esperan el partido de mañana con una mezcla de expectativa y cierto temor. “No hay duda de que ahora mismo este partido es un incordio, debido a la situación que vivimos y a la enorme calidad del rival –opinó un vocero de la Federación Española–. No es el momento más propicio para medirnos con un rival así, pero hay que asumirlo y verlo como un reto para intentar salir del agujero”.

El propio Fernando Torres, uno de los mejores jugadores del seleccionado local, señaló: “El encuentro viene en un momento inadecuado, aunque no creo que dependa demasiado de un partido amistoso la continuidad o no del entrenador” Luis Aragonés.

España afronta el encuentro después de sumar una sonora derrota 2-0 ante Suecia, la segunda en tres partidos jugados de la clasificación para la Eurocopa. “Una nueva derrota sería muy dañina. Tenemos poco que ganar y mucho que perder, tal y como están las cosas”, agregó el vocero. Parte de la prensa española cree que una derrota con la Argentina podría precipitar la salida de Aragonés.

Sin embargo, otros futbolistas ven el partido como una oportunidad de recuperar parte del prestigio perdido. “Ganarle a la Argentina puede hacer que la gente vea que somos una selección importante que puede dar que hablar, sobre todo en el futuro”, apuntó Luis García.

Los dardos apuntan al presidente de la Federación Española, Angel María Villar, que fue el que, personalmente, gestionó el partido, luego de haberse comprometido con los dueños del estadio de Murcia, que se inaugurará mañana, a organizar un gran encuentro para la ocasión.

La negociación se cerró hace unas semanas, cuando ya se atisbaban los primeros síntomas de crisis en la selección española. Entonces, algunos de sus colaboradores ya expresaron en privado el riesgo que suponía medirse a un equipo como el argentino.

Aragonés no dio pistas sobre la alineación que presentará aunque todo apunta a que habrá cambios respecto del once que fue titular ante Suecia.