DEPORTES
Vender las joyas para seguir endeudados
Seguramente que es algo más que una simple casualidad: en 1979, San Lorenzo vendió el Gasómetro, su estadio de Avenida La Plata, para pagar deudas, pero dos décadas más tarde entró en convocatoria de acreedores; la Argentina malvendió durante los ‘90 sus empresas estatales, y coronó la operación decretando el default a principios de este año. Seguramente que alguna práctica común condujo ambos procesos del mismo punto de partida al mismo fatídico epílogo. Procesos tan parecidos como los apellidos Miele y Menem.
La Confederación Sudamericana de Fútbol dio ayer por postergada, al menos hasta el 2003, a la Copa Panamericana, un torneo con el cual mantener activas las arcas de los principales clubes del continente, la mayoría en estado de desahucio. De esa Copa, presuntamente, iba a participar San Lorenzo. Ahora, el think tank de la Conmebol estudia qué torneíto jugar entre setiembre y diciembre. La urgencia no es sólo futbolística, sino fundamentalmente económica. Como dato: por jugar la primera ronda de la Libertadores, en la primera parte del año, los clubes cobraban 450 mil pesos, unos 150 mil pesos por cada partido de local. Ese dinero no estará disponible en lo que resta del ejercicio. Y no pueden pedirle más financiamiento a la AFA, que paga mensualmente más de 800 mil pesos del fideicomiso montado para saldar las deudas de los clubes con los jugadores.
Al mismo tiempo que se decidía la cancelación de la Copa Panamericana, en Chile el gobierno de Ricardo Lagos rechazaba la pretensión de los dirigentes del fútbol local de condonar las deudas tributarias de los clubes nucleados en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). “No habrá ‘perdonazo’ para los deudores tributarios de ningún tipo, menos del fútbol –afirmó el ministro de Hacienda chileno, Nicolás Eyzaguirre–. Hay muchos que permanentemente están pidiendo situaciones especiales, pero aquí hay reglas claras, parejas y justas.” Como el Colo Colo debe 30 millones de dólares, podrían rematarle su estadio Monumental. ¿No es más que una casualidad?