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Pese a que el equipo cuenta con numerosas variantes ofensivas y defensivas, es indudable que Emanuel Ginóbili es el pilar del equipo. Su capacidad de desequilibrio le permite anotar con asiduidad (16,9 por juego). Además, es uno de los mejores pasadores del mundial: cuarto (32 asistencias, con 4,5 por encuentro). Hugo Sconochini, que se retirará del seleccionado tras el mundial, es importante en ataque (11,4 puntos) y muestra su solidaridad (3,2) con las asistencias. Prueba de que el equipo nacional cuida mucho la elaboración de cada ataque son las pocas pérdidas de pelota (89), segundo mejor equipo en ese rubro. La rápida movilidad del balón y la buena selección de tiros le permite al equipo mantener elevados porcentajes en los lanzamientos de dos puntos (62,3), aunque cayó mucho en los de tres puntos (34,8). En este rubro el que peor anda es Ginóbili, quien acumula un bajísimo 2 de 23 a lo largo del mundial.
En los últimos partidos Andrés Nocioni fue creciendo. De a poco el jugador del TAU Cerámica, de sólo 22 años, se fue convirtiendo en el segundo goleador (14,7 por juego) por detrás de Ginóbili. Nocioni, por actitud y entrega, contagia en la lucha por los tableros. En defensa es el mejor en la lucha por los rebotes (5,3 por juego), es uno de los que más roba (2) y de los que más bloqueos pone (1,2).
De los internos, Fabricio Oberto (10,9 puntos y 5,5 rebotes) es por talento, oficio y eficacia el más rendidor de los pivotes. Wolkowyski, por su labor defensiva, y Luis Scola (pese a sus intermitencias) se destacaron ante los rivales más serios. Finalmente, el base Juan “Pepe” Sánchez a su inteligencia para conducir el equipo y a su aporte en defensa, le suma un alto porcentaje de efectividad (lleva 13/18 en tiros de campo). Sánchez, que acaba de arreglar su regreso a la NBA –jugará en Detroit Pistons–, figura entre los máximos pasadores del torneo con 4 asistencias por juego.