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Los duhaldistas son los que más sintieron el golpe que significó el fracaso de la sesión del jueves cuando pretendían desactivar el juicio político a la Corte Suprema. Lo reconocen por la cantidad de ausencias que tuvieron en sus propias filas. Ahora están evaluando una nueva convocatoria a otra sesión especial para la próxima semana que será definida el lunes. Ese día comenzará, además, la dura tarea de convencer a diputado por diputado para que finalmente bajen al recinto. Esta será una tarea de exclusiva responsabilidad del duhaldismo, así al menos lo reconoció uno de los legisladores más cercanos al presidente Eduardo Duhalde.
Eduardo Camaño, presidente de la Cámara baja, fue tal vez el que más sintió el fracaso. El fue designado por Duhalde para alcanzar el objetivo que no es otro que la impunidad de los supremos. Se enojó con aquellos que faltaron, como Lorenzo Pepe, quien suele hacer furiosos discursos recordando la mística peronista y a favor del compromiso de Duhalde. La molestia del titular de Diputados se hizo extensiva a otros dos bonaerenses como Daniel Basile y Jorge Casanovas, quienes llegaron con dos horas de retraso al recinto.
De todas formas, el reciente fracaso no detuvo a los duhaldistas más decididos a conseguir el ansiado quórum. Ya tienen elaborada una extensa lista de legisladores peronistas y de partidos provinciales a los que comenzarán a buscar desde el mismo lunes. La idea es “convencerlos” –un eufemismo que reemplaza la palabra negociar– para que bajen a sus bancas. La tarea, si bien no está formalmente acordada, será compartida con el menemismo.
Algunos duhaldistas, en tanto, se autoconvencen de que el fracaso del jueves no fue para tanto porque sirvió para enviar un mensaje a la Corte. “Ellos ahora saben que nuestra intención es seria y que hay posibilidades de desactivar el juicio”, reconoció a este diario un influyente legislador que responde al Presidente.
Si bien la intención es convencer “amigablemente” a los que no estuvieron en sus bancas, los quince diputados que responden al grupo Talcahuano –favorables al juicio político– señalaron “el apriete” que están realizando algunos colegas de sus bloques. “La presión es burda, piden justificativos por la ausencia y hasta amenazan con los descuentos en las dietas si no participan de la sesión”, indicó el santacruceño y presidente de la Comisión de Juicio Político, Sergio Acevedo.
Camaño, en cambio, dice que esa posibilidad no está en sus planes porque la quita en la dieta corre cuando los diputados faltan a las sesiones ordinarias.
En la estrategia para buscar los votos necesarios, el justicialismo les pidió la renuncia a sus bancas a los diputados que están en uso de licencia por cumplir tareas en el gabinete nacional. La idea es que sus reemplazantes permitan alcanzar el quórum necesario. Por ahora el único que cumplió fue el secretario de Turismo, Daniel Scioli. El que todavía no dio señales es el ministro del Interior, Jorge Matzkin.
Acá no termina la estrategia del oficialismo. Los duhaldistas largaron a rodar una versión destinada exclusivamente a los radicales y que destaca la intención de enjuiciar solamente a tres de los nueve jueces. Dicen que están dispuestos a ir contra dos integrantes de la llamada mayoría automática, Julio Nazareno y Adolfo Vázquez, y contra Augusto Belluscio de buenas relaciones con el radicalismo. Sin duda que la verdadera intención no es otra que abrir un canal de negociaciones.
Los radicales juran que no entrarán en conversaciones de este tipo. Sin embargo, el radical Carlos Iparraguirre dio a conocer ayer una extensa declaración donde sienta su posición por la que no dio quórum en la sesión del jueves. El segundo párrafo es el más llamativo. Allí, el santafesinoque forma parte de la Comisión de Juicio Político, abre la posibilidad de aceptar “la actitud ética de la renuncia”, una posibilidad que los duhaldistas echaron a rodar días antes de la fracasada sesión.