Lunes, 16 de noviembre de 2009 | Hoy
DIALOGOS › ANDRéS IZARRA, PRESIDENTE DE TELESUR Y EX MINISTRO DE COMUNICACIóN E INFORMACIóN
Izarra ve elementos comunes en relación con la comunicación en América latina, por ejemplo la necesidad de democratizar el espacio radioeléctrico. Define al canal de noticias que dirige como “la voz del sur” y afirma que Venezuela no se libró de la guerra mediática.
Por Mercedes López San Miguel
–Telesur empezó su salida al aire en 2005, ¿qué evaluación puede hacer de su desarrollo como cadena de noticias internacional?
–El impacto que tiene Telesur se ha reflejado sobre todo en momentos álgidos, por ejemplo, con Honduras. Sin Telesur quizás el golpe hubiera quedado como una reseña en alguna página internacional de un diario quince días más tarde, y gracias al canal pudieron ver cómo se desarrolló el golpe de Estado, desde las primeras decisiones que se tomaron cuando se llevaron al presidente Zelaya en pijama. Mientras Telesur lo cubría, otros desarrollaban la muerte de Michael Jackson. Cubrimos América latina desde América latina, no desde Atlanta (sede de la cadena estadounidense CNN). Es importante tener una voz del sur, que realmente represente los intereses de los pueblos y no que estén suscriptos o bajo los intereses de la oligarquía y los imperios que dominan el continente. Lo de Honduras ha sido como un hito, como fue la guerra en Irak para el canal árabe Al Jazeera. Tuvimos otras coberturas de impacto, como la liberación de los rehenes de las FARC en Colombia. Logramos un acceso que nos ganamos con todo el seguimiento del conflicto colombiano.
–¿En qué consistió la campaña que hubo en Argentina en contra del canal?
–Telesur fue uno de los temas emblemáticos de estos inmorales que se reúnen a manipular y a mentir y a vociferar en contra de los procesos de liberación que se dan en el continente. Son dinosaurios del siglo XX que siguen proyectando su sombra sobre nuestros pueblos, amenazando las conquistas sociales y políticas que se lograron. Telesur ha sido demonizado, es favorito de estos medios privados porque ha podido romper con la hegemonía de los contenidos mediáticos. El canal fue utilizado para decir que con la nueva ley de medios en Argentina se iba a ver sólo Telesur y Canal Siete. Hubo un spot publicitario que así lo reflejó. Ellos manipularon y mintieron sobre lo que buscaba esta ley de medios. Pero esto no es nuevo. Antes de siquiera producir un centímetro de video, cuando Telesur era tan sólo un proyecto del gobierno de Chávez como parte de otras iniciativas, como el Banco del Sur o el Gasoducto del Sur, ya el diario El Tiempo lanzaba editoriales diciendo que el canal era una iniciativa para promover el terrorismo en la región, desatando los miedos para que la comunicación no se pluralice.
–¿Qué opinión tiene sobre la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de Argentina?
–Creo que en América latina hay elementos comunes de lo que sucede con la comunicación, como producto de los cambios en los procesos políticos. Uno de ellos es el surgimiento de nuevos actores de la comunicación que reclaman espacio. En Venezuela hay más de 500 radios comunitarias que hoy día están emitiendo. Lo mismo ocurre en Ecuador; hay un boom de radios comunitarias y alternativas y en Bolivia igual. En Argentina la legislación es más avanzada que en Venezuela: un tercio del espacio radioeléctrico va para las comunidades organizadas, las ONG. Es decir, la ley da legitimidad al reclamo de uso del espacio radioeléctrico por parte de los medios alternativos. Creo que va a ser muy positivo para Argentina, porque pone al país en sintonía con estos tiempos. El espacio ya no es sólo de la oligarquía ni de los privados, se está democratizando: es un factor común para todos nuestros procesos. Aparecen nuevos actores que antes ni soñaban estar en la comunicación. Cuando antes hacías un panfleto, un diario, lo que sea, aquí te desaparecían, te mataban. Tras la sanción de la ley en Argentina, en Ecuador comenzó el mismo debate, un debate que fue fuerte en la Constituyente y ahora se está elevando una ley para reglamentar a los medios. Hasta en México ha habido una discusión sobre los medios. La famosa ley Televisa fue rechazada por la Corte Suprema.
–¿Qué otros elementos en común se dan en nuestros países?
–Otro factor común en todos es el tema de la recuperación de lo público. Ecuador no tenía canal de televisión público, hoy lo tiene gracias a Correa; en Argentina aparecieron nuevos canales públicos como Encuentro, que es un canal muy exitoso; en Venezuela se lanzaron tres canales públicos más: VTV (Venezuela de Televisión), Tevés (Fundación Televisora Venezolana Social) y Vive Televisión. Telesur forma parte de la oferta de lo público que conforma la opción de los venezolanos.
–¿Qué sucede en Venezuela con los canales que no adscriben a las ideas socialistas?
–Ahí están, siguen operando. La construcción de hegemonía, en el sentido gramsciano, no niega la construcción de otras voces o la pluralidad. En mi país los medios fueron la plataforma para el golpe de Estado en abril de 2002. No contentos con el golpe que sacó a Chávez 48 horas del poder, a fines de ese año los medios y la elite petrolera lanzaron el lockout patronal, ¡pararon la producción de combustible durante 64 días! Los mensajes que se transmitían, sin que hubiera un solo comercial, eran desestabilizadores. Hoy día la correlación de fuerzas es otra. De todas formas, Venezuela no está libre de la guerra mediática. Siempre hay un ataque clasista contra Chávez. En base a la coyuntura, apuntan con su batería de ataque.
–¿No fortalecería a Telesur que como canal estatal fuera más independiente y pluralista? El caso modélico es la BBC de Londres.
–Nosotros hacemos periodismo con los niveles y estándares de la BBC. Ahora bien, tenemos una línea editorial.
–Partidaria.
–Bueno, claro, nosotros estamos con la liberación de los pueblos latinoamericanos. ¿Crees que la BBC no tiene una línea editorial? ¿O Clarín, La Nación o Página/12?
–Pero son empresas privadas. Le pregunto para el caso de una empresa estatal.
–Nuestra labor es independiente. Tengo que discrepar contigo. Hacemos un periodismo en el que mostramos todas las partes involucradas en el desarrollo de una noticia, que se ven reflejadas. Todos tenemos un punto de vista. La BBC ha tenido cuestionamientos editoriales por coberturas que ha desarrollado en distintos países. Recientemente fue con Afganistán. Nosotros sí reflejamos un punto de vista y acompañamos los procesos de la región y somos producto de ellos. Sin Hugo Chávez, sin Evo Morales, sin Rafael Correa y sin Cristina Kirchner Telesur no sería posible.
–Telesur se planteó como una alternativa a la cadena norteamericana CNN, ¿por qué no se ve en Argentina?
–En Argentina no se ve porque estos paladines de la libertad de expresión de los que hice mención simplemente lo tienen bloqueado de la oferta de la grilla programática de los cables privados, que son los que dominan el mercado. Hablan mucho en nombre de la libertad, pero ejercen la censura. Se dedican a ejercer el terrorismo desde los medios en toda América latina.
–¿Tuvieron trabas para trabajar en algunos países?
–En Honduras nos echaron unos hombres armados que llevaban capuchas. En Colombia tuvimos que extremar las medidas de seguridad y trabajar con mucho alerta. En Ecuador, nuestra corresponsal fue brutalmente agredida hace unos meses.
–¿Se sabe quiénes eran?
–Después de golpearla, le dejaron una nota: “La próxima no te salvas, puta de Correa y Chávez”. ¿Quiénes son? Los de la derecha golpista, los que pensaron que en el siglo XXI iban a seguir con la experiencia de la brutalidad dictatorial; lamentablemente todavía no son el pasado. Mira lo que sucede en Honduras. Hay una dictadura amenazando a toda la región, lo que se potencia con la instalación de siete bases norteamericanas en Colombia, cuyo objetivo es amenazar al continente.
–¿Cómo interpreta las conclusiones de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) acerca del supuesto hostigamiento a los medios de parte del gobierno de Chávez?
–Estamos cansados de escuchar las mismas estupideces de la SIP cada año, yo creo que es un club de terroristas mediáticos, de violadores de los derechos de la comunicación y de la información y de la libertad de expresión de nuestros pueblos. La SIP da asco. Todo lo que dice son mentiras y manipulaciones. Pon todos los adjetivos, por favor.
–Una de las críticas que le hicieron los empresarios de medios al presidente Chávez fue que se le retire la licencia al canal RCTV.
–Fue una decisión muy positiva, porque en Venezuela nos liberamos de unos terroristas mediáticos más y se pudo lanzar un canal de servicio público –Teves– que le ha puesto énfasis al deporte. El gobierno bolivariano tomó esa medida en pos de la profilaxia de nuestro espacio radioeléctrico. Es una mentira que RCTV esté cerrado: sigue operando por cable, sigue transmitiendo sus novelas y sus noticieros. Y su llegada no es menor, porque el cable tiene un 40 por ciento de penetración en mi país.
–¿Lo mismo sucedió con otras 34 emisoras?
–No se cerraron 34 emisoras. En Venezuela se regularizó el espacio. El organismo regulador llamó a que se resuelvan las irregularidades en la explotación del recurso de todos los venezolanos. Por ejemplo, en Venezuela si eres concesionario de una radio, esa concesión no es ni hereditaria ni transferible.
–¿Desde cuándo?
–Desde hace más de 10 años. Fue una ley aplaudida en su momento por todos los operadores mediáticos. Se llamó a que se pusieran en regla y los concesionarios que siguieron en situación ilegal fueron sacados del aire. El espacio público es de todos los venezolanos y tiene derecho a él un empresario, una ONG, quien esté legal.
–¿En qué estado se encuentra la Ley de Delitos Mediáticos, que la oposición llamó “mordaza”?
–Fue una propuesta de un grupo de la asamblea Nacional. Ni hubo discusión sobre el tema. En Venezuela lanzamos la Ley Resorte en 2005 para dar horario a los contenidos, a las 2 de la tarde la telenovela no puede mostrar escenas de sexo, porque están expuestos nuestros niños. Al apuntar a los contenidos, se democratiza la producción (cada concesionario debe tener hasta cinco horas de producción nacional) y así se quiebra el oligopolio. Ahora se creó una industria nacional de productoras independientes.
–¿En Venezuela se puede ser dueño de un diario y un canal al mismo tiempo?
–Sí, no hay un límite a esa concentración. La ley resorte limita sólo la acción del espacio radioeléctrico, los horarios de los contenidos y democratiza la producción. El uso del espacio radioeléctrico ya no es un tabú, ni forma parte de los privilegios de una elite o casta que ha mandado monárquicamente sobre él toda una vida.
–¿En qué momento se está en la batalla por el control de los medios?
–Es una lucha en pleno desarrollo y tensión. Tiene varias fases de evolución en cada país. Hasta Obama enfrenta un problema grandísimo con Fox News. En Venezuela tenemos una emisora terrorista desde donde Fox aprendió todo: Globovisión. Es la televisora dedicada a envenenar las mentes de los espectadores, a crear zozobra. En Venezuela apareció un psicólogo que utilizó el término “disociación psicológica”: hay mucha gente disociada a partir de los medios que les alimentan los prejuicios, la percepción de intranquilidad y de incertidumbre. La Fox News organiza las fiestas de té, donde llevan a los republicanos, y dicen mentiras, manipulan. Obama se queja de Fox News ¡Obama!, que no es Chávez. O sea, el tema está vigente y es parte de las políticas de las democracias de nuestros países.
–El filósofo argentino José Pablo Feinmann habla del “sujeto sujetado”, en tanto el poder comunicacional coloniza la subjetividad. ¿Usted que cree que hay lugar para la individualidad del televidente u oyente?
–Los medios tienen una gran influencia en la construcción de todo un imaginario y una percepción de la realidad, sobre todo, en individuos que no tienen tiempo o que no pueden acceder a otras fuentes informativas y recurren a la televisión como algo inmediato.
–En ese caso, ¿se les coloniza el cerebro?
–Creo que sí. Mucha gente, lamentablemente. Yo veo Todo Noticias que dice: “Paro de piqueteros, caos” y ¡son tres personas! Pero constantemente te lo pasan y crees que Buenos Aires es una ciudad del caos. Hay una intención de magnificar algunos hechos porque en el fondo existe un interés político. Por eso, la importancia que tienen la educación y la cultura.
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