Olivio Dutra está sentado a la sombra de los árboles en el patio interno del Cabildo. De camisa y corbata, parece uno de los ejecutivos y empleados que frecuentan el bar de ese edificio histórico. Apenas un detalle lo diferencia de los habitués: Dutra no toma ninguna de las variedades del café, tampoco gaseosa, sino un mate levemente dulce que pasa de mano en mano. Como buen gaúcho de Rio Grande do Sul, el primer alcalde de Porto Alegre electo por el Partido de los Trabajadores no se separa demasiado de la yerba y la bombilla. Dirigente sindical de los bancarios, histórico dirigente del PT, Dutra es considerado el padre fundador de una de las marcas registradas del partido fundado por Lula: el presupuesto participativo. Esa medida, que promovía la discusión popular sobre las prioridades en materia de gasto público, se puso en práctica por primera vez en la Prefectura de Porto Alegre gracias al PT.

Dutra vino a Buenos Aires invitado por el secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete, el socialista Oscar González. En las conferencias explicó los alcances de la política que se convirtió en la marca registrada del PT. Lo mismo hace durante la conversación con Página/12. En un portugués muy claro explica las diferencias entre Estado, partido y gobierno. “No podemos reducir el proyecto del partido a la acción de gobernar”, advierte. Cuando este cronista le pregunta por la aplicación a medias del presupuesto participativo que se hizo en Buenos Aires –sólo se concretó como una descentralización administrativa–, Dutra responde con una frase dura, para la polémica, sin importarle a quiénes está cuestionando: “El discurso neoliberal suele apropiarse de la apariencia y no de la esencia de las propuestas transformadoras de los gobiernos populares”.