Tomás Moulián es uno de los cientistas sociales más reconocidos de Chile. Cuando hace ya casi quince años apareció su libro Chile actual: anatomía de un mito (Santiago, LOM ediciones, 1997), se produjo un fenómeno inesperado. Un texto producido desde el ámbito académico, sin ninguna concesión a los manierismos de la difusión en gran escala o de los posibles recursos del periodismo sensacionalista, se transforma en uno de los mayores best sellers de la industria editorial chilena. Es que Moulián acometió una tarea que estaba largamente pendiente. Abrir un juicio profundo sobre el Chile forjado por la dictadura partiendo de una indagación sin concesiones a la historia chilena, y en particular, a lo que había sido la experiencia que encabezara Salvador Allende. Protagonista en las filas de la Unidad Popular, conoció de primera mano las diferencias, desavenencias y contrasentidos de una experiencia heroica, querible, pero que carecía de sustento para la Revolución que prometía y de solvencia para gestar acuerdos que hubiesen permitido una mayor base de sustentación para aislar a los golpistas. Tema difícil que, al ser asumido con respeto, aunque sin concesiones, permitió encontrar un consenso mucho más extendido que lo que se podía haber presumido. Su rica formación, conjugando Chile con Bélgica y Francia, le permitió contar con herramientas que fueron desplegadas con solvencia y elocuencia. Académico de la Universidad Arcis, uno de esos reductos radicales que forman estudiantes con sentido crítico, la escena política no ha dejado de convocarlo, incluso para una candidatura a presidente desde un frente de izquierda que impulsara el Partido Comunista chileno. Hoy quizás haya optado por dedicarse más a investigar, leer, y a veces opinar, con su estilo polémico pero no confrontativo, satisfecho por el protagonismo que los estudiantes chilenos han instalado en la escena política y siempre alertando sobre la necesidad de un juicio crítico profundo sobre las experiencias fallidas que jalonaron el siglo XX.