7-Esta mañana y otros cuentos
Coti. Universal, 2005
Sí, Coti es el autor de Color esperanza. ¿Hasta cuándo Sorokin deberá cargar con el sambenito? En este show registrado en marzo de este año en un estudio de Madrid –y titulado en honor a Mario Benedetti–, el argentino radicado en España cruza armas con Julieta Venegas, Ismael Serrano, Paulina Rubio y Josemi Carmona para un repaso de sus canciones sensibles, construidas a pura artesanía de acordes pop, que incluyen pasajes de buen tono como Igual que ayer, Mar de gente, Antes que ver el sol, Nada fue un error y Mis planes. E. F.
8-Ginkgobiloba
Idem
Independiente, 2004
Los fantasmas de Aquelarre, Pescado, Invisible y Color Humano andan sobrevolando Rosario: Memo Beltzer (bajo, voz), Jorge Mockert (batería, voz) y Demian Pozzo (guitarras, voz) se sumergen con pasión en aquel aire de “rock progresivo” argento de los ’70. Y no sólo tienen la necesaria habilidad instrumental, sino que además les sobra inspiración. Canciones como Huellas, Sol fuera de foco, Veinte años dormido o Piel atrás, que invitan a un viaje a universos rítmicos densos y sonidos valvulares, lo demuestran (se consigue en
[email protected]). E. F.
7-Odyssey
Fischerspooner
EMI, 2005
Warren Fischer era un músico con inquietudes, Casey Spooner un videasta y performer escénico. Un día la vida los juntó y así nació este proyecto, que del dúo original mutó a un colectivo con cantantes invitados y bailarines. En su tercer disco, Fischerspooner demuestra un buen uso del mix tecno + guitarras (uno de sus mejores ejemplos es el polentoso single Never win) y se da el lujo de ponerle música a palabras de Susan Sontag (en el oscuro We need a war) y David Byrne (Get confused), dándole forma a un disco de digestión lenta, pero sentador. E. F.
6-The Invitation
Thirteen senses
Universal, 2005
¿Hay un aprovechamiento consciente y descarado del efecto Coldplay o lo de estos muchachos es sincero y honesto? Will South, Tom Welham, Adam Wilson y Brendon James vienen de Cornwell, Inglaterra, y eso garantiza ciertas marcas de identidad. Pero canciones melancólicas como Into the fire, Thru the glass, Do no wrong o The salt wound routine, mezclas de piano, guitarra y voz lánguida, llevan una y otra vez a la misma pregunta. Están muy bien, abundan en sutilezas y dan ganas de tararear, es cierto. Pero ¿no serán demasiado Coldplay? E. F.