ECONOMíA
Después del FMI, se vienen los acreedores privados
El secretario de Finanzas intentó calmar a los tenedores de títulos de la deuda de origen alemán e italiano, prometiéndoles una negociación no bien se arribe a un acuerdo con el Fondo.
Por Marcelo Justo
Con la subdirectora del FMI, Anne Krueger, intercambió un saludo. Con el subsecretario del Tesoro estadounidense, John Taylor, la promesa de hablar en profundidad en Washington. La parte sustancial del periplo londinense del secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, no fue su brevísimo encuentro el lunes con estos dos pesos pesado en el Tesoro británico, durante la reunión preparatoria del encuentro anual del FMI a fines de mes, sino el que sostuvo ayer en dos tandas con acreedores italianos y alemanes de bonos defaultados por el gobierno argentino en diciembre del año pasado.
El diálogo con los acreedores privados fue en la representación financiera argentina en Europa, a pasos del Banco de Inglaterra, en el corazón de la city londinense. Entre cafés y medialunas europeas, Guillermo Nielsen, acompañado de dos asesores, dialogó primero con los alemanes del DSW y después con los italianos, agrupados en tres organizaciones. El planteo del secretario de Finanzas fue el mismo. El Gobierno entiende que el camino con los acreedores pasa por el diálogo y no el litigio, “que no favorece a ninguna de las dos partes”, y está dispuesto a iniciar conversaciones apenas se llegue a un acuerdo con el FMI. Nielsen les habría asegurado a los representantes de acreedores que “no bien se acuerde con el FMI, el Gobierno convocará a una licitación para designar a los bancos que llevarán adelante la renegociación de la deuda privada que tiene la Argentina”.
Por el lado de los acreedores alemanes, el director de la DSW, Ulrich Hocker, aseguró que estaba hablando en nombre de un 10 por ciento de los tenedores germanos de deuda argentina, equivalente aproximadamente a 700 millones de dólares del total. Hocker mostró una actitud abierta al diálogo, coincidió con Nielsen en la necesidad de mantener una comunicación fluida e intentó informarse sobre los resultados que espera el secretario de Finanzas de la visita que inicia hoy a Washington. El total de bonos en manos de minoristas alemanes roza los 7000 millones de dólares y el plazo promedio de vencimiento de capital de estos bonos se sitúa en torno de los cinco años.
El panorama de los italianos es más complejo aún porque los bonos, por más de 10.000 millones de dólares, están repartidos entre unas 350 mil personas. En el diálogo de ayer había tres grupos presentes. En representación de los bancos italianos que distribuyeron bonos a minoristas se encontraba el ABBI, mientras que dos estudios legales, el Comitato y el Siti, se presentaron como asesores de una cantidad indeterminada de inversores individuales. Los tres grupos se quisieron diferenciar claramente de los nueve inversores italianos que llevaron a Argentina ante la Justicia y lograron el pasado julio el embargo de un millón y medio de euros de préstamos blandos que el gobierno de Silvio Berlusconi había otorgado para proyectos de salud y apoyo a pymes ítalo-argentinas. El buen italiano de Nielsen y el excelente español del ex embajador de Italia en la Argentina, Alfredo Januzzi, por parte de los acreedores, facilitaron la comunicación.
Luego del encuentro, Nielsen partió hacia Nueva York, donde hoy se reunirá con autoridades de la Reserva Federal de esa ciudad. Posteriormente, se trasladará a Washington donde, junto al presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, se reunirá mañana con autoridades del Fondo Monetario Internacional.
Los encuentros se enmarcan dentro de la estrategia de Economía de mantener canales abiertos con los acreedores y vincular el eventual comienzo de las negociaciones a un futuro acuerdo con el FMI. Esta estrategia opera en dos sentidos: impedir un efecto cascada de litigios como el del pasado julio y dar señales de voluntad de cumplimiento a una de las tantas exigencias del Fondo. En un análisis reciente de la situación en América latina, el armenio Armen Kouyoundjian, ex economista jefe del Banco de México en la city de Londres, señaló que en el actual contexto económico social de Argentina “quien piense que tiene la menor chance de que el país reanude los servicios de su deuda como resultado de las negociaciones es un caso de psiquiátrico”.