ECONOMíA › LAVAGNA RECHAZA LAS NUEVAS CONDICIONES DEL FONDO MONETARIO

En el FMI cuidan el negocio bancario

El FMI insiste con que se deben adoptar medidas en el mercado cambiario antes de llegar a un acuerdo. Presiona para que el Gobierno tome dos medidas. Una, esconde un negocio millonario para los bancos. La otra, puede derivar en un salto del dólar.

El Fondo Monetario insiste con que se deben adoptar medidas en el mercado del dólar antes de dar el visto bueno a cualquier acuerdo. Así, presiona para que el gobierno de Duhalde tome, al menos, dos decisiones para demostrar que camina hacia la “liberación cambiaria”. Una es que toda la operatoria de liquidación de exportaciones no pase más por el Banco Central sino que las empresas vendan sus divisas a los bancos privados y éstos, a su vez, rindan los dólares al Central. El pedido no es trivial: detrás hay un negocio millonario de comisiones para los principales bancos que operan en comercio exterior. La otra medida es eliminar la autorización previa que deben pedir las empresas al Central antes de transferir dólares al exterior para pagar intereses de la deuda. Después de que le trasmitieran las condiciones, Lavagna dio una respuesta corta: “No”. Mañana, el Gobierno incumplirá un vencimiento de 250 millones de dólares con el Banco Mundial, y empezará a correr el reloj: si en 30 días no se alcanza un acuerdo con el FMI, entonces el Banco deberá declarar en default al país.
Ayer, el titular del Central, Aldo Pignanelli, recién llegado de Washington, informó al directorio de la entidad sobre las nuevas exigencias del Fondo Monetario en materia cambiaria. Como es sabido, el jueves pasado, los burócratas del organismo volvieron a plantear una larga lista de condiciones para apurar la liberación del mercado cambiario. El rosario de medidas iba desde que el Central se abstuviera de seguir interviniendo en el mercado, vendiendo masivamente dólares, para regular la paridad, hasta la liberación total de las transferencias al exterior, incluyendo el pago de capital e intereses de deudas contraídas por empresas argentinas en el extranjero.
El secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y el propio Pignanelli lograron convencer a los técnicos fondomonetaristas que tales políticas sólo se podían aplicar una vez cerrado el acuerdo y de manera paulatina, ya que, de otro modo, estaría en juego la estabilidad cambiaria, prioridad número uno por estos días para la administración Duhalde.
Sin embargo, hubo dos condiciones que los negociadores argentinos en Washington no lograron bajar. Son las siguientes:
- Que la liquidación de exportaciones y venta de divisas a los importadores la vuelvan a realizar los bancos privados. Actualmente, todas las exportaciones superiores a los 200 mil dólares deben ser vendidas al Banco Central, que a cambio entrega los pesos correspondientes. En realidad, la autoridad monetaria subasta esos mismos dólares entre los importadores, que demandan dólares para pagar sus compras en el exterior, y se queda con el excedente si lo hubiera. Esta intermediación del Central zzio. Para tener una idea, por cada transacción de compra-venta de divisas los bancos cobraban a los privados hasta el 2 por ciento en concepto de comisiones. Aun si dicha comisión se redujera a 0,5 por ciento, se trata de un negocio de más de 125 millones de dólares anuales sólo por el lado de las exportaciones. Si no fuera porque el Fondo es una organismo internacional, con una burocracia de reconocida militancia libremercadistas, algún pícaro podría recordar los dichos del Nobel de Economía y ex vice del Banco Mundial Joseph Stigliz, quien asegura que el funcionarios del FMI son simples lobbistas de los bancos.
-z La segunda condición es que las empresas ya no necesiten autorización previa del Central para remesar dólares al exterior para cancelar intereses. Hoy, las empresas y bancos no pueden pagar con dólares obtenidos en el mercado local vencimientos de capital de deudas contraídas en el exterior. Si quieren cancelar capital de una deuda, entonces deben recurrir a los dólares que eventualmente tengan depositados en el exterior. Sí pueden saldar desde Argentina intereses, pero conautorización previa de la autoridad monetaria. De esta forma, el Central puede anticipar las oscilaciones del mercado cambiario, al anticipar los picos de demanda de dólares una vez que se otorgara la autorización correspondiente.
Enterado de las condiciones que seguían en pie, Lavagna se tomó apenas unos minutos para analizarlas. “No”, fue lo único que les dijo a los negociadores argentinos. En el equipo económico aseguran que hoy “la prioridad es conservar la estabilidad cambiaria”. Y, por eso, no se aplicará ninguna medida que atente contra ese objetivo, o que introduzca algún factor de riesgo en el mercado del dólar.
Tampoco parece haber por estos días la desesperación que había en otros tiempos en Economía por llegar a un acuerdo con el FMI. Dicen que, por como marchan las negociaciones, se podría llegar a un acuerdo recién sobre el filo del “día D” –el próximo 9 de noviembre– para que Argentina no sea declarada en cesación de pagos por los organismos internacionales.

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Roberto Lavagna, contento al anunciar el crédito de 100 millones de euros del gobierno de España.
Aldo Pignanelli, presidente del Banco Central, en tanto, avisó que el Fondo exige un dólar libre.
 
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