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En el Gobierno ya la consideran el “satánico Dr. No”. Y Carlos Reutemann viene colaborando denodadamente para ganarse el mote. Es que en las últimas horas el gobernador santafesino advirtió, una vez más –¿la número 80?–, que no será candidato a presidente por el justicialismo ni aunque le envíen todos los gobernadores para intentar convencerlo. Aún más, en la intimidad consideró que el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil fortalece su decisión de no participar en la próxima contienda electoral.
Las reflexiones que Reutemann realizó en la intimidad, y que uno de sus hombres hizo conocer a Página/12, no es otra cosa que un nuevo intento por desmantelar el “operativo clamor” que el Gobierno viene impulsando para que revea su postura y se convierta en candidato a presidente.
La última semana los operadores de Eduardo Duhalde congeniaron en iniciar una nueva ofensiva al percibir un cambio de actitud en el entorno más cercano al Lole. No sería –señalaron– en forma directa sino a través de distintos emisarios de peso. Entre ellos se mencionó a un grupo de gobernadores, ninguno de ellos aspirantes a la presidencia, tal como informó este diario el viernes.
Reutemann, quien mantiene buen diálogo con todos los mandatarios, ya les pidió a algunos de ellos que no aterricen en Santa Fe ya que no quería prestarse una vez más al juego de las especulaciones. Y que el desenlace de cualquier tipo de negociación en ese sentido sería infructífero para todos. “Me preocupan que sigan hablando de mi candidatura”, dijo el Lole, tal cual consigna Rosario/12.
Con la excepción del pampeano Rubén Marín –siempre bien cotizado a la hora del armado de listas–, el núcleo de la comitiva que tiene (o tenía) pensado visitar al gobernador santafesino lo conforman sus pares del Norte, nucleados en el denominado Frente Federal.
La necesidad del Gobierno por convencer al Lole es evidente: si el santafesino no se postula la mayoría de los mandatarios de este sector seguramente terminarán optando por Carlos Menem. La punta de lanza será el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, a quien el ex mandatario consagrará compañero de fórmula el próximo 17 de octubre, en un acto que se celebrará en la capital riojana.
Ni siquiera el triunfo de Lula favorece las expectativas del Gobierno. Si bien el establishment podría especular con la candidatura del Lole como una manera de “equilibrar” la región, el ex piloto de Fórmula 1 considera, por el contrario, que el resultado electoral de Brasil le resta los suficientes puntos como para no lanzarse a la aventura. Además, siempre consideró que el próximo presidente argentino será el de la “Gendarmería”, una figura con la que anticipa un escenario de nutrida conflictividad social.
En el menemismo prefieren ser más pragmáticos a la hora del análisis. “No presentará su candidatura porque tiene códigos y entre ellos está el de no competir con Carlos Menem, que lo llevó a la política”, señaló el ex secretario de Lucha contra el Narcotráfico Alberto Lestelle.
Felipe Solá prefirió cambiar el lenguaje político por el afectivo. “Hay palabras que cierran debates. El dijo no de corazón”, se despidió el gobernador de la provincia de Buenos Aires.