El gobierno de Barack Obama le agregó un componente a la “Fórmula Bush” para salvar empresas. A partir de ayer, el salario y los bonos de los ejecutivos de las compañías que rescató (y rescate) el gobierno tendrán un límite. La medida pone un techo de 500 mil dólares anuales a remuneraciones que llegaban a superar los 10 millones de dólares. Por su parte, las bonificaciones deberán ser en acciones que sólo se podrán negociar una vez que las empresas devuelvan al Estado el monto del salvataje. Además, el flamante presidente estadounidense le metió presión al Senado y advirtió que podría suceder una “catástrofe” si se retrasa la aprobación de su billonario plan de estímulo. Nuevos datos sobre el aumento del desempleo y la caída en la actividad en el sector de servicios coronaron la jornada para que los principales indicadores bursátiles de Wall Street retrocedieran 1,5 por ciento.

“Que los altos ejecutivos se premien a sí mismos con estos paquetes de compensación en el medio de esta crisis no es solamente de mal gusto, es una mala estrategia y como presidente no la voy a tolerar”, expresó Obama. En las últimas semanas se conocieron más casos de bancos que, tras recibir gigantescas inyecciones de liquidez estatal, otorgaron “vergonzosos” y abultados bonos a sus directivos. El desaparecido banco de inversiones Merrill Lynch pagó a fin de año 4000 millones de dólares en primas a sus ejecutivos, pese a las gigantescas pérdidas que lo obligaron a aceptar su absorción por parte de su rival Bank of America. “Si estos ejecutivos reciben alguna compensación adicional, deberá ser en forma de acciones que no se puedan negociar hasta que la ayuda haya sido devuelta a los contribuyentes”, añadió el mandatario estadounidense.

El Tesoro norteamericano afirmó que la decisión apunta a garantizar que los fondos estatales sean utilizados en el interés público y no se destine a ganancias privadas inapropiadas. La decisión del gobierno despertó la preocupación de algunos analistas que consideraron que “la enorme reducción salarial” podría estimular la partida de los “talentosos ejecutivos que los bancos necesitan para recuperarse”, los mismos talentosos ejecutivos que gestaron la crisis. Otros especialistas más sensatos reconocieron que el tope salarial “es una decisión política lógica por parte de la administración Obama, no se puede tomar un socio de negocios y esperar que no intervenga en las decisiones”, apuntaron. Hasta ahora las limitaciones que había impuesto Bush en este sentido habían sido muy acotadas.

Además, el gobierno anunció que intensificará los controles sobre los gastos extraordinarios de las empresas para evitar casos como el del banco californiano Wells Fargo. La entidad, recientemente recapitalizada con 25.000 millones de dólares, debió anular una lujosa estadía en Las Vegas para sus ejecutivos luego de que la prensa lo hiciera público. Por su parte, el Citigroup tuvo que dar marcha atrás con la compra de un jet. De todas formas, las medidas anunciadas por Obama no se aplicarán retroactivamente a las empresas que ya recibieron ayuda.

Mientras tanto, en el Senado continúa el debate sobre el plan de reactivación económica que alcanza el billón de dólares. Los republicanos, y algunos demócratas, reclaman recortes en los costos del plan. Desde la Unión Europea y Canadá presionan para que se remuevan del proyecto las enmiendas proteccionistas que perjudicarían a sus empresas. “Insto al Congreso a actuar sin retraso, una demora en tomar medidas convertirá la crisis en una catástrofe y garantizará una recesión más larga, una recuperación menos sólida y un futuro más incierto”, presionó el presidente estadounidense.

El nivel de actividad en el sector de servicios se contrajo en enero por cuarto mes consecutivo, aunque a un ritmo menor que en diciembre. El índice de actividad de enero se situó en 42,9 puntos, comparado con los 40,1 puntos del mes anterior. De los 18 subsectores que se toman en cuenta para elaborar el índice, sólo dos, el de servicios de salud y asistencia social y el relativo a servicios financieros y seguros, registraron en enero un incremento en su actividad con relación a diciembre. Por su parte, anticipándose a las estadísticas oficiales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, la consultora ADP señaló en su informe mensual que en enero el sector privado empleó a 522 mil personas menos que en diciembre de 2008, confirmando el contagio de la crisis financiera hacia toda la economía.

Para la próxima semana Obama prometió que el Tesoro dará a conocer una nueva estrategia para destrabar el congelado sistema crediticio. Mientras que el gobierno inyecta sumas masivas de dinero, el Tesoro decidió resucitar su bono a siete años y subastará 67 mil millones de dólares la próxima semana para financiar el abultado déficit fiscal.